Pasado nublado, presente inestable
El verano, los recuerdos y una transformación profunda envuelta de momentos simples.
Paraíso (2018) nos adentra en la historia de Sofía (Marina Arnaudo), quien regresa al país luego de un viaje por Europa para instalarse durante parte del verano en una casa de campo en Traslasierra de Córdoba. Entre fiesta y fiesta, la protagonista compartirá momentos más triviales con nuevos conocidos, mientras que la llegada de alguien de su pasado la obligará a revivir tiempos anteriores y pensamientos que preferiría evitar.
El ambiente generado entre la fotografía, el sonido, el guión y la naturalidad de sus diálogos e interpretaciones, envuelve de cierta manera con la calidez de un relato de verano y la simpleza de una historia que de buena manera no pretende ir más alto de lo que necesita.
La ópera prima de Pablo Falá se sirve de aquellos pequeños momentos que son punto de referencia para que el espectador se acerque más al suceso a través de la identificación, de la comprensión y de las emociones que en la sencillez envuelven instancias reveladoras.
Al igual que su personaje principal, el film tiene sus asuntos incompletos; si bien es comprensible la falta de claridad frente a los conflictos irresueltos de las personas, algunas respuestas más le habrían sumado a la película.
"Paraíso (2018) es la búsqueda constante de aquel lugar. Es el camino y el viaje que muchos atraviesan cuando se intenta evitar aquello que duele o molesta."