El australiano Robert Luketic es dueño de una carrera singular. Ha hecho un puñado de comedias románticas sin vuelo (“Killers”, “Monster-in-law”, “The naked truth”) , ha tenido un par de aciertos (21: blackjack y pegó una comedia blanca simpática, “Legally blonde”) y ahora le toca su primer reparto con actores de mucha experiencia y prestigio y un guión que a priori, prometía mucho.
“Paranoia” está basada en un best seller del año 2004 del escritor Joseph Finder y cuenta una historia de suspenso y engaño ambientada en las empresas de alta tecnología. La adaptación corrió por parte de Jason Hall y Barry Levy, guionistas que saben mucho de cómo generar climas trepidantes y tienen vasta experiencia en el tema.
Lo primero que me pregunté al salir de sala es ¿qué falló entonces? Un gran libro, dos tipos que conocen el paño, actores con mucha experiencia, jóvenes carilindos, buen presupuesto.¿La dirección? No se si podemos caerle a Luketic tanto, si, creo que todos los recursos puestos al servicio de la historia (que fueron bastantes) no funcionaron.
La trama presenta a un atlético y carismático Adam (Liam Hemsworth), quien trabaja para una empresa de telefonía celular en un puesto que no le cierra para nada. El, con su grupo de amigos hipsters, propone un proyecto nuevo para la compañía pero su arrogancia y el poco peso de su propuesta los deja a todos en la calle.
Comete un error con fondos de la compañía (ya había sido despedido) y es entonces cuando Nicolas Wyatt (Gary Oldman), lo fuerza a reclutarse en sus filas para infiltrarse en la competencia y averiguar todo sobre un producto que parece, amenaza con copar el mercado y cambiar las reglas de juego de los smartphones.
El objetivo entonces será volverse hombre de confianza de Jock Goddard (Harrison Ford) y hacer un fino juego de espionaje industrial. Adam aceptará y su vida dará un poderoso vuelco, aunque podrá ponerse (un poco) peligrosa cuando se aproxime a su tarea final: conseguir el prototipo de un nuevo dispositivo celular.
La trama es bastante simple, no hay ninguna vuelta de tuerca y las actuaciones del elenco no aportan demasiado (Amber Heard juega a la novia de Adam y solo aporta belleza, Richard Dreyfuss parece haber olvidado su pasado glorioso cuando se suma a este tipo de proyectos y Julian McMahon hace un matón fácilmente olvidable).
Podemos decir que el film presenta una estructura de diálogos y movimientos casi mecánicos, donde la tensión y la intriga están ausentes. Ese es su mayor problema. En los rubros técnicos (sólidos) y en las escenas donde Oldman se cruza con Ford, el film amaga tomar vuelo y atraer el interés.
Un par de escaramuzas verbales, alguna amenaza en elegantes clubes y el oficio de semejante dúo intentan evitar que “Paranoia” naufrague. Sin embargo, los esfuerzos no alcanzan porque Hemsworth transita cansinamente entre escena y escena, desconcertado y sin la energía necesaria para hacerse cargo de su propio destino (en términos cinematográficos, por supuesto) y la construcción se apoya demasiado en lo visible, esquemático y poco en la sorpresa y los costados oscuros.
“Paranoia” es un producto regular, que sólo será apreciado por los fans de Harrison Ford, quienes hace tiempo no ven nada de él (“42” y “Ender’s game” vienen pronto, no desesperen) y los que necesiten un tecno thriller livianito donde la tecnología tenga un lugar central. Esperabamos más.