De terror
El guionista estadounidense Dennis Bartok, se mete como director en la nueva película, Paranormal (Nails, 2017), que nos promete una amenaza muy terrible que acecha en la oscuridad. Pero lo más tenebroso no es lo que se encuentra en la oscuridad, sino lo atroz que puede llegar a ser una película de terror como ésta.
Paralizada tras un terrible accidente, Dana (Shauna MacDonald) lucha por recuperar su vida de siempre y a su familia. Su recuperación no va a ser nada fácil si la comparamos con las de otros pacientes en su mismo estado, ya que tendrá que lidiar con un fantasma en la habitación del hospital que la visita todas las noche para tomar su vida y alma. Es la premisa de un film de poco presupuesto con la mayoría de sus escenas sucediendo en una única habitación. Pero eso no es lo malo de la historia, sino que dentro de ese lugar, se desarrollan todos los clichés que posee el género de horror y de muy pésima manera.
La película ni siquiera tiene una buena iniciativa de guion y, con el correr de los minutos, se desploma por completo. Las malas actuaciones del elenco, cuyos personajes tienen de repente sorpresivos trasfondos poco convenientes para la trama, hacen que el espectador piense que está atrapado en una cinta de las peores vista en el siglo.
El tiempo y la atmósfera que envuelven esta historia de mal inicio, un trastabillado núcleo y uno de los peores desenlaces, son la combinación perfecta para que el espectador no quiera repetir la experiencia de verla nunca más, aun así si lo repitiese un viernes o sábado por la noche en algún canal de cable poco conocido. Paranormal es poco correcta, de esas que nos dejan pensando que el género cada vez está más devaluado que el peso argentino, y sin esperanza de remontar.