Quienes tengan memoria capaz recuerden un episodio de Buffy, lacazavampiros (1996-2003) llamado Killed by death, en donde la heroína interpretada por Sarah Michelle Gellar debía pelear contra un demonio que mata a niños enfermos en un hospital. Paranormal es en muchos aspectos similar pero no logra lo que si hacia ese capítulo en una hora de duración Dar miedo.
Esta película dirigida por Dennis Bartok es una de esas tantas propuestas que invaden la cartelera nacional en una época en que las historias de fantasmas y demonios están en retirada. Esto no quiere decir que sea del todo mala, al contrario, tiene algunos atributos que por lo menos la hacen más soportable que el resto de la basura que se estrena en nombre del género de terror.
Uno de esos aspectos positivos son las actuaciones que cumplen con lo requerido por el director. Sobre todo la de su protagonista Shauna Macdonald, a quien capaz recuerdan por su papel en El descenso del gran Neil Marshall. Esta actriz logra darle a su personaje presencia, energía y contundencia y es la que mejor logra que el espectador empatice con las situaciones que debe pasar.
El apartado técnico es correcto, en especial la fotografía que muestra cada rincón del hospital donde transcurre esta película como un potencial lugar terrorífico. Y hablando de sustos, algunos logran su cometido. Es una película que no da miedo, por más que se lo proponga, pero que por lo menos esos ruidos fuertes logran hacer saltar a uno del asiento.
Y eso es lo mejor de Paranormal. A pesar de durar apenas 85 minutos la historia se hace larga y la investigación llevado a cabo por los personajes protagónicos no es lo suficientemente atractiva como para seguirla. El director recurre a unos efectos especiales pocos convincentes y el resultado le quita poder a lo que se ve en pantalla. Y así como algunos sustos funcionan la acumulación va perdiendo eficacia hasta desembocar en un final un tanto ridículo e injusto.
Paranormal viene a ser el claro ejemplo de un sub-género que está muriendo. No presenta ideas nuevas, ni creatividad, ni siquiera poder en la narración. Se contenta con ser una más y en este caso es ofensivo, ya que contaba con el talento suficiente como para lograr algo mucho más digno que solo entretener. Ser una película de terror que demuestre contundencia y seguridad en sus imágenes, que no nos deje dormir y que no sea solo una más.