Veo (mucha) gente muerta
Es probable que si alguien pensaba una película como ParaNorman hace 30 años, los estudios de Hollywood hubieran pensado que no habría púbico para ella. ¿Historia de zombies, con un niño que ve gente muerta, enmarcada en una historia triste, y encima en animación?
Hoy es otra época, y ParaNorman , que llega más en copias 3D que convencionales, tiene no uno sino varios públicos. Los chicos ya no se asustan tan fácilmente, y los adultos pueden disfrutarla como chicos.
Creada por los mismos responsables de Coraline , aquella maravilla sobre la nena que encontraba un mundo alternativo, una versión idealizada de su hogar, pero con características algo siniestras, la película ofrece humor y sobresaltos en idénticas dosis.
Vale, sí, una aclaración: ParaNorman , como diría una niña de 7 años, está “muy buena”, pero no es “linda”. Norman es un chico que no sólo ve gente muerta en su pueblo: habla con los fantasmas, todos como Casper, amigables, y con el espíritu de su abuela, sentada y tejiendo en el sillón del living acompañando a Norman mientras él ve películas de zombies. Norman vivirá su propia película con los comedores de cerebros cuando un tío, vago y apestoso, y con un aire a Fidel Castro, le advierte que deberá usar su don para otra cosa.
Es que se aproxima el 300° aniversario de la muerte (y la maldición) de una bruja, su fantasma despertará y traerá con ella a los muertos. Así que Norman, el chico de los pelos parados, deberá hablar con los muertos vivos para terminar con la maldición.
Si el filme no es “lindo” es porque no sólo Norman padece bullying en la escuela -lo mismo que un compañerito, por gordo-, y hay cierto detalle con quién fue la bruja y lo que le sucedió, que a los más pequeños habrá que acompañar y explicarles por qué pasó lo que pasó. Y luego sí, a disfrutar del terror animado.
Para los más grandes hay guiños -el ringtone en el celular de Norman, es la musiquita de Noche de brujas , de Carpenter; Neil, el gordinflón, a veces usa la máscara de Jason-. Y no todo es terror: la abuelita sabe de lo que habla cuando le dice a Norman que “tener miedo no tiene nada de malo”.
Al fin de cuentas, vale la opinión de Neil sobre Norman: “No creo que sea raro, sólo habla con fantasmas”. Es eso.