Veo gente muerta
Norman es un niño solitario que tiene la capacidad de hablar con los muertos, los ve, los saluda, y en la mayoría de los casos, puede entablar cordiales relaciones con ellos, como por ejemplo con su abuela, con quien mira televisión todos los días, aunque ya no esté en este mundo.
En el colegio lo tildan de freak, todos lo miran con desconfianza, incluso en su propia casa; es el raro del pueblo. Un día su tío lo visita, un tío tan freak como él, quien le advierte que sobre el pueblo va a caer una maldición, y que él será el encargado de detenerla.
La maldición fue echada por una bruja, a la que colgaron hace unos cuantos siglos en esas tierras, sobre aquellos que la juzgaron y condenaron; y se desata una noche, cuando unos cuantos muertos vivientes comienzan a deambular por la ciudad. Norman debe encontrar la manera de detenerlos con algunas pocas recomendaciones que su tío le hizo.
Pero no hay nada clásico en el ataque de estos zombies. Por empezar la gente del pueblo no entra en pánico ni corre asustada, sino que los ataca, provocando desconcierto y terror en estos seres esqueléticos.
Con el tiempo Norman descubre que estos zombies son nada menos que quienes condenaron a la bruja, y hoy vuelven malditos a caminar por las calles.
Para detener el maleficio Norman debe descubrir qué pasó realmente durante el juicio a la bruja. Lo que descubre es algo muy triste, que convierte a la película en no recomendable para niños pequeños.
Ante el desconcierto y tristeza que el hallazgo le provoca, Norman enfrenta a los zombies preguntándoles el por qué de tanta crueldad, a lo que estos solo pueden contestarle que lo hicieron porque tenían miedo. El mismo miedo tienen los habitantes del pueblo, quienes los atacan como en una especie de catarsis y pánico colectivo.
Así la temática de la película deja por un momento de ser infantil, y se convierte en una reflección sobre el miedo, la sugestión colectiva, e incluso la defensa propia; un tema que tanto agrada en los Estados Unidos.
Norman debe entonces usar su poder para hablar con la bruja, y tratar de hacerle entender que no puede usar con los demás el mismo odio y fuerza bruta que utlizaron con ella, y de algún modo como pasa en todas esta películas en que hay humanos que hablan con muertos, debe ayudarla a encontrar el camino que la lleve hacia la luz.
La parte "infantil" de la película, que sí la tiene, está dada por todas las aventuras y peripecias que el protagonista atraviesa esa noche junto con sus improvisados compañeros, y por la resolución presentada al final de la película.
Con muchísimo humor para padres, más que para niños, una exquisita estética bizarra y un impecable 3D, esta película es muy difícil de catalogar como infantil ya que aporta mucho más que un entretenimiento para niños, no solo en su guión, sino también en su estética.