Crítica de “Parasite” de Bong Joon-ho.
Un juego de rol que interpela los valores de la sociedad y la búsqueda del ansiado sueño americano.
Ganadora de la Palma de Oro en Cannes 2019 y del Globo de Oro a Mejor Película Extranjera, llega la esperada película del director surcoreano Bong Joon-ho.
¿Qué más se puede decir sobre esta película que no se haya dicho? Un film que ya se ha convertido en un clásico histórico del cine por el solo hecho de ser la primera película asiática nominada al Óscar en el rubro Mejor Película. Pero si uno viene viendo cine asiático puede advertir lo prolífico y y excelente que está siendo este siglo para ellos. Con solo recordar los últimos años se puede encontrar dos grandes historias sobre relaciones de familia, amistad y clases. Dentro del trípitico que completa “Parasite” de Bong Joon-ho podemos encontrar dos grandes obras como “Burning” de Lee Chang-dong y “Shoplifters” (Asunto de Familia ak) de Hirokazu Koreeda, de similares características.
Pero no solo esas películas dialogan con diferentes temáticas sociales, la filmografía entera del director Bong Joon-ho tocan temas como la desigualdad y problemáticas humanas. Desde su primer película, “Barking Dog Never Bite” del año 2000, hasta la maravillosa “Memories of the Murder”, e incluso la apocalítica “Snowpiercer” abordaron las diferencias de clases dentro del relato. Pero esta vez el surcoreano fue por más y construyó un relato donde el humor negro, la violencia explícita y simbólica está presente, sumado a vueltas de tuercas varias que hacen de la película una obra maestra merecedora de tantos premios.
La historia esta vez gira en torno a Ki Taek (Song Kang-ho) quien, junto a su familia están sin trabajo y viven en un sótano en un barrio humilde. Su triste vida dará un giro cuando su hijo mayor, Ki Woo (Choi Woo-sik), empieza a dar clases particulares a una joven de clase alta en casa de Park (Lee Seon-gyun). Las dos familias, que tienen mucho en común pese a pertenecer a dos mundos totalmente distintos, comienzan una interrelación de resultados imprevisibles.
Como una especie de “Casa Tomada” de Julio Cortázar nos muestra a personajes interpretando otros papeles para conseguir sus propios propósitos. Donde todos, incluso los personajes más vulnerables, mienten para defender lo que más quieren, u ocultan información importante con el fin de no verse comprometidos. Rodada con una precisión maravillosa y mucho ritmo “Parasite” es una obra con connotaciones sociales, filosóficas y morales que mezcla temas universales e inmortales con otros de nuestro tiempo.
Puntaje: 100/100