Una sociedad circularmente parasitaria
Este jueves se estrena en Argentina la esperada película Parasite, la cual cuenta con seis nominaciones a los premios Oscars, y ya ha ganado un Golden Globe a Mejor Película extranjera y la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes, entre otros reconocimientos internacionales.
Por Denise Pieniazek
Parasite (Gisaengchung, 2019) fue estrenada previamente en Argentina en el Festival Internacional de Cine de Mar Del Plata y durante la semana del Festival de Cannes llevada a cabo en el cine Gaumont (Espacio INCAA), y afortunadamente su estreno comercial se da en más de 60 salas del país. El largometraje de Corea del Sur, Parasite (2019), escrito y dirigido por Bong Joon Ho –Okja (2017), Snowpiercer (2013), Mother (2009)- , cuyo título en español significa “parásitos”, inicia con la presentación de una “familia tipo” que posee un peculiar estilo de vida. Al comienzo los hábitos de dicha familia parecerán ser una inocente costumbre parasitaria de los recursos ajenos, con el fin de vivir sin el menor esfuerzo. Según irá avanzando interesantemente el relato, la manipulación de este clan familiar, que actúa de forma tal que todo parece una especie de puesta en escena, llegará a sitios insospechados al inicio del filme, y ahí reside la originalidad y audacia de su realizador que nos sorprenderá hasta el final del relato.
En un nivel más profundo de análisis Parasite, demostrará en primera instancia que siempre hay alguien peor y dispuesto a “caer más bajo” en cuestiones morales. En dicho largometraje los lindes de lo que se considera moralmente aceptable son cuestionados constantemente, por esta familia que parece no tener límites. Pero fundamentalmente Parasite apunta a hacernos reflexionar sobre la sociedad actual, donde la brecha entre ricos, la clase media y los pobres es cada vez mayor. Por sobre todo, puede leerse en la película una fuerte crítica a la cuestión clasial en el que las clases bajas siempre permanecerán en un “sótano” es decir por debajo, evidenciando la circularidad y crueldad del sistema social en el que vivimos. Es decir, que la construcción espacial -mediante el gran diseño escenográfico- que propone el filme es una metáfora del cruel sistema piramidal social. La familia, compuesta por estos cuatro integrantes, siempre vive por debajo del nivel del suelo, incluso en una brillante escena podemos observar que literalmente puede taparlos la cloaca, pueden ser “fumigados”, y el agua puede llegarles hasta el cuello ahogándolos.
El largometraje sin dudas invita a la reflexión, a partir de ella nos preguntaremos, entre muchas otras cuestiones, ¿a quién refiere realmente el título de la obra? Teniendo en cuenta que el significado de parásito es parafraseando “un organismo que se alimenta de otro causándole algún daño” ¿quiénes son los parásitos de este microcosmos realmente? ¿Los ricos que tienen a las clases bajas por sirvientes o las clases bajas que creen aventajarlos y sacarles provecho? Para obtener respuestas, se les recomienda vean esta propuesta innovadora de Bong Joon Ho, la cual reflexiona también sobre los excesos, las apariencias, y la hipocresía de dicha sociedad, mediante un poético epílogo que resignifica todo el relato.