Diálogo interno
- ¿Qué le pide usted a una película de acción? Básicamente. No es un concurso. No hay respuestas correctas o incorrectas. Lo que nos gusta de una de acción lisa y llanamente.
- Que tenga tiros.
- Bien. Esta los tiene. ¿Piñas? ¿Patadas? ¿Estamos de acuerdo?
- Por supuesto
- Genial. También hay de eso en “Parker”. ¿Persecuciones?
- Obvio.
- Estamos de acuerdo entonces. ¿Y el argumento? ¿La historia? ¿Importa?
- Si, claro. ¿Cómo no va a importar la historia?
- Si pero, ¿cuánto importa?
- Bastante
-¡Ah! No es fundamental entonces. Puede haber otros factores…
- Y… el actor influye.
- Vale decir, no es lo mismo que dispare Sylvester Stallone que un “Carlitos”
- No.
- Pero “Halcón” (1987) era una mierda
- “Halcón” era un drama. Yverla, ni le cuento. Stallone en general era un buen phsique du rol del género.
- ¿Y Jason Statham?
- Una garantía. Con las tres de “El transportador” (2002-2008), las dos de “Crank” (2006 y 2009) y “El código del miedo” (2012). Ya se ganó un lugar.
- ¿Haga lo que haga? “Crank” es como si “El transportador” hubiera aspirado una montaña de cocaína.
- Era entretenidísima. Bien hecha. Yo veo cine de acción y a esta altura después de Schwarzenegger, Stallone, Norris, Van Damme, Seagal; si se estrena una de Statham puedo ir tranquilo.
- O sea, para los que ven este género ¿podemos decir que “Parker” tiene todo lo que uno quiere en una película con Jason Statham?
- Y… sí…
Para los que vemos este género, “El mecánico” (2011) fue un acto fallido. Inverosímil. Era mejor la versión con Charles Bronson, pero no empaña lo hecho hasta el momento por el actor inglés. Y ahora que lo pienso, este género necesita del factor de lo “creíble”. Si instala bien el verosímil entonces se puede entender el código y salir adelante, a menos que la misma película lo traicione. Por ejemplo si el héroe sufre de vértigo no puede tirotearse en la terraza de un rascacielos sin justificación, o sin marearse un poco aunque sea.
Parker (Jason Statham) es ladrón profesional. Uno de esos que bien podría ser miembro de los “Perros de la calle” (1992). Eso sí, es ante todo un chorro con ética. Nada de víctimas inocentes ni kilombos. Se hace un plan, se pianta con la guita y se reparte. Punto. Si fuera por él entregaría tarjetas personales pidiendo perdón por el mal momento pero afanársela, pero se la afana igual.
No va que a los 15 minutos lo traiciona la misma banda que armó su amigo Hurley (Nick Nolte). No quieran saber lo que pasa cuando Parker se enoja. Agárrese fuerte porque empieza a repartir castañazos de los buenos. En medio hay una subtrama con una agente de bienes raíces (Jennifer López) que se topa con el pelado por codiciosa.
La dirección de Taylor Hackford funciona porque no es ajeno al género (“Prueba de vida” (2000), por ejemplo), y porque cuenta con el actor de acción del momento, por no decir el único de la nueva generación. Las características del personaje, salvo por lo de respetar sus códigos, no existen. Podría llamarse Chev Chelios, Luke Martin, o Lee Christmas (sus personajes anteriores) y da lo mismo.
El guión es de John McLaughlin quien no la pega una desde “El cisne negro” (2010). En este caso no puede decirse que no cumpla con el género, pero convengamos que cambiando unas pocas cosas está al borde del plagio con el de “Revancha” (1999), aquella con Mel Gibson en la que era traicionado por su propia banda… y si sigo para atrás terminan todos en tribunales.
- Voy a ver una con “el pelado” de “El transportador”.Listo.
Perfecto. Es lo que va a buscar al cine y es precisamente lo que se va a llevar.