No es ni el director de Evita ni el base de los San Antonio Spurs.
Parker no tiene nombre de pila, y a poco de desandada la acción, tampoco identidad. Parker es algo así como la suma de todos los miedos -para sus adversarios- y un hombre inclaudicable con sus principios. Que tal vez no tengan fin, pero eso es otra cuestión.
Qué bueno sería toparse con un tipo como Parker en la vida real. No porque sobreviva a todo tipo de ataques -golpes, balas, cuchillos, caídas estrepitosas-, porque eso sería irreal. Parker dice “si digo que voy a hacer algo, lo hago”. Y lo hace. De vivir en la Argentina, sería un buen peronista -por aquello de mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar-. Pero, no, Parker surgió de la mente del novelista Donald E. Westlake, de quien ya han adaptado A quemarropa (con el seudónimo de Richard Stark) y luego el guionista John J. McLaughlin (la reciente Hitchcock) lo convirtió en un vengador al mejor estilo Gibson o Stallone.
Pero como Mel y Sylvester ya están viejos para esto, Taylor Hackford -¿se acuerdan de Reto al destino o Ray? Bueno, él- llamó al inglés Jason Statham, que igual tiene un rostro de un solo gesto, pero es mucho más joven y cobraría menos.
A Parker, luego de un robo en una kermesse, sus compañeros de atraco lo traicionan. Intentan liquidarlo, pero ya dijimos que, volviendo a las analogías con nuestro país, es como Durax: irrompible. Así que planea la vendetta, cuando lo creían mirando los rabanitos desde abajo, bajo tierra.
Y ahí entra el personaje de Jennifer Lopez, una latina -cuándo no- que trabaja en una inmobiliaria en Florida y que terminará enganchándose más de lo que cualquier guionista sensato hubiera permitido. Parker quiere que le devuelvan los 200.000 dólares que le sacaron. Y, aquí al cambio blue, se entiende: hace la diferencia.
Qué hace Hackford dirigiendo esta violenta película, no se sabe, porque además la produce. Uno de los malos es interpretado por Michael Chiklis, hoy en la serie Vegas y actor de Shield, además de ser el forzudo de Los 4 fantásticos. Y está Nick Nolte, más gordo que viejo. Así que plata para el elenco, hubo. En lo que se quedaron cortos fue en las ideas. Igual, Parker, pese a lo violenta que es, o quizá por ello, por lo exacerbada e increíble, no hace mal a nadie.