Un paseo por las nubes
El cine de animación es uno de los más competitivos. Difícil que haya lugar para las pequeñas producciones y constantemente parece estar necesitando cambios, innovaciones, y variación de impronta para seguir facturando en un mercado que si bien ya no está dominado por una sola empresa sigue siendo un nicho algo exclusivo.
Parque mágico inició su carrera de marketing de modo muy auspicioso hace cerca de dos años, prometiendo ser una gran propuesta de la mano de los estudios Nickelodeon, líderes en la producción de series animadas para un público pequeño.
Sin embargo, algo fue sucediendo en el medio; su estreno pactado para mediado del año pasado se postergó; su director (Dylan Brown) fue despedido bajo acusaciones de conducta sexual inapropiada y remplazado por un conjunto que no figura en los créditos (David Feiss, Clare Kilner y Robert Iscove); su producción fue traslada de íntegramente en EE.UU. a España; y se inició una nueva campaña mucho más modesta con su título original modificado de Amusement a Wonder Park.
Con estos antecedentes podíamos esperar lo peor. Sin embargo, Parque mágico, con muchas limitaciones, puede ser una experiencia positiva. Eso sí: muy volátil.
La imaginación al poder
A muchos de nosotros, de chicos, nos contaban cuentos antes de dormir; otros jugábamos a crearlos nosotros mismos.
Este es el caso de June, quien todas las noches junto a su mamá le dan vida desde su imaginación a las historias del Parque mágico, un parque de diversiones habitado por todos los muñecos de peluche de June, en el que el mono oficia de inventor de las atracciones más disparatadas como inventivas.
Pero algo sucede en la vida de June: su madre cae enferma, y ella poco a poco va olvidándose de su fantasía del parque mágico.
Una tarde, entrometiéndose en el bosque, encuentra que el parque es real, aunque probablemente ella sola lo vea. Pero está abandonado y venido a menos, sufriendo los ataques de unas nubes negras y unos muñecos genéricos similares a chimpancés zombies.
La única que puede salvar al Parque Mágico es June a través de volver a imaginar nuevas historias positivas y dotar al mono de nuevas atracciones llamativas. También deberá volver a construir la atracción principal, la montaña rusa, la cual ahora los animales/muñecos tienen miedo de montar.
Por supuesto, Parque mágicotiene un mensaje que potencia la imaginación creativa de los niños que mantiene viva las esperanzas. Sin embargo, brota a la luz que si algo escasea en Parque mágico es imaginación propia e inventiva.
Su premisa nos hace acordar bastante a La historia sin fin, e inevitablemente pensar en personajes que habitan en la mente de la protagonista y que simbolizan diferentes partes de su personalidad, nos lleva a Intensa-Mente. Aunque ni de una, ni de otra, tome la enorme capacidad narrativa (sí tiene una paleta de colores llamativos similares a la del film de Pixar).
Mucho ruido…
Si bien no tiene grandes hallazgos novedosos, Parque mágico hace una apuesta visual fuerte. El trazo de la animación es simple y correcto, de tonos brillantes y contrapuestos, y se juega por varios movimientos de cámara que le otorgan ritmo. Todo el ritmo del que la historia y los personajes carecen.
June y los animales son simpáticos pero muy genéricos. Quizás los más pequeños, a los que definitivamente va orientada esta propuesta, se identifiquen o encariñen con alguno/s, pero difícilmente estos queden en la memoria.
El desarrollo es permanentemente simplista y ni siquiera se anima a correr riesgos obvios que pudieron ubicarla en una zona de madurez. Todo es edulcorado, naïf, y predecible.
Sin embargo, su corta duración se hace ligera, nunca llega aburrir, su humor es acertadamente inocente y se guarda algún as bajo la manga.
La montaña de rusa de marras se ubica en el centro no solo argumental, sino de la escena, siendo el foco de la cámara y la acción. Este detalle hace que, de ser vista con la “máxima tecnología en salas 4D” sea algo muy inmersivo y vibrante. ¿Pero cuántos espectadores la van a poder ver en 4D? ¿Y no es eso un mero adorno? Para el resto, puede ser algo convulsiva.
Como esos parques de diversiones ambulantes de los barrios, Parque mágico es alegre y entretenida. Aunque sus mejores armas ya las vimos en otros ámbitos y en mejores entornos.