Un logrado thriller sobre el pasado y la recomposición familiar
El thriller político de Diego Corsini revisa el pasado nefasto de la Argentina mientras reorganiza un presente caótico en esta historia familiar que juega con la intriga, la violencia y la búsqueda de la identidad.
El cine argentino ha buceado por su pasado nefasto en varias oportunidades para revalorizar el presente democrático o para intentar comprender el accionar de personas en función de movimientos políticos o de luchas por sus ideales. El film de Diego Corsini -Solos en la ciudad- es un thriller político pero también es un intento de recomposición familiar a través de una historia que alterna presente y pasado, y toca varias cuerdas: la intriga, la violencia y la emoción en su último tramo.
Pasaje de vida parte de una buena idea y funciona a manera de un rompecabezas cuyas piezas el espectador deberá ir ordenando con el correr de los minutos. Mario -Javier Godino- intenta sobrellevar en su casa la segunda embolia que sufre su padre Miguel -Miguel Angel Solá- cuando encuentra un libro que relata el pasado de éste como Montonero en la Argentina. De ese modo, se abren las páginas de una historia pasada -y pesada- que repercute en un presente incierto y en la que aparece Diana -Carla Quevedo- como pìeza clave del conflicto.
El film, que cuenta con una lograda reconstrucción de época, acerca el pasado de Miguel -encarnado en su juventud con convicción por Chino Darín- y su lucha como Montonero contra la injusticia laboral de las empresas, antes del golpe militar en 1976. Y ese combate personal lo llevó adelante de la mano de su compañero Pacho -Marco Antonio Caponi- en medio de una ola de violencia en la que las personas desaparecían en un abrir y cerrar de ojos.
La búsqueda de la identidad mueve el andamiaje de la película que concentra desesperación, amor por la familia y presencias peligrosas y tangibles que se mueven desde las sombras. En ese sentido, Diego Alonso juega correctamente con su rol de villano y traidor junto a Carolina Barbosa, Alejandro Awada, Andrea Frigerio, como la madre de Diana, y la española Charo López en un papel que no adelantaremos para no develar las idas y vueltas que presenta la trama.
A la sólida factura técnica se suma la elección de un elenco sin fisuras que responde a los requerimientos del guión y un manejo de la intriga y el suspenso que retratan una época sin olvidarse del entretenimiento.