Destrozado sin razón en los EE.UU., este film de ciencia ficción sobre dos náufragos espaciales que deben pasar su vida a bordo de una gigantesca y desierta nave es una fábula moral (por la contravención que comete el protagonista) y una relectura romántica y dinámica de la “situación Robinson Crusoe”. La mayor hazaña del film es que, con dos o tres personajes en escena, no aburre nunca y, con referencias al cuento de hadas, nos obliga a cuestionar a sus criaturas.