Perdidos y románticos en el espacio exterior
"Pasajeros" atrapa con la premisa apocalíptica de dos personas, Jennifer Lawrence y Chris Pratt, que quedan varados en el medio del espacio por un error. Sin embargo, el guión es por momentos tirado de los pelos y opaco en otros.
Las películas post apocalípticas, con temática de catástrofe, y de anónimos que se transforman en protagonistas de un relato sólo por supresión de otros, son del agrado general porque antes y quizás después de ver este tipo de largometrajes, por esa eventualidad de poner a una persona ordinaria en una situación única, todos imaginan qué harían en el lugar de aquel que quedó varado en medio de la nada, el que no tiene a nadie alrededor, el que está cargo de todo sin querer.
Porque aunque muchos quieran tener una vida apacible, sin problemas, ¿quién no fantasea con ponerse a prueba de ese modo?
Con esa premisa nos atrapa "Pasajeros", que transcurre en una nave que viaja desde la tierra a una colonia en otro planeta con 5.000 pasajeros y 200 tripulantes, todos en cápsulsas de hibernación dado que el vuelo a través del espacio durará 120 años.
Por una falla del sistema -algo que nunca había ocurrido para la empresa de viaje según tratan de explicar en varias ocasiones- Jim Preston (Chris Pratt) y Aurora Lane (Jennifer Lawrence) despiertan 90 años antes de lo previsto, y sin posibilidad de volver a su estado de conservación.
Durante un tiempo intentarán saber por qué les tocó a ellos, mientras pasan por buenos y malos momentos, odiando su soledad y abrazándola de a ratos, y en esa vida de "Adán y Eva" espaciales, comenzarán una relación a pesar de venir de mundos diferentes.
El ocaso
Con un inicio prometedor, el filme entra de a poco en un agujero negro del que nunca puede salir: afeitadora en mano, al espejo, en un momento de locura, Jim dice "voy a afeitarme". Y se afeita.
En ese nivel está enquistado el guión, casi tirado de los pelos por momentos, y completamente opaco en otros. Se suceden escenas completamente innecesarias para el desenvolvimiento de la trama y el idilio gana tanto lugar que lo fantástico y lo introspectivo que tenía la propuesta -y podía llegar a ser lo más interesante-, deviene en una comedia romántica espacial, en la que ni los actores salen airosos, y ni por asomo será considerada una buena performance dentro de sus carreras.