Jim Preston (Chris Pratt) despierta por un error. Él es uno de los cinco mil pasajeros de la nave espacial Avalon que va en camino al planeta Homestead II. El tema es que ese lugar está tan alejado de la Tierra que lleva ciento veinte años llegar, por tanto todos están en sus cápsulas de hibernación, y restan noventa años más antes de que vuelvan a la realidad.
Cuando algo hace que una sucesión de fallas se desencadenen, y sin poder auto-repararse adecuadamente -ya que los tripulantes también están en sus respectivas cápsulas- la nave hace que Jim se despierte. Tras una ardua recorrida del hombre para buscar alguna respuesta acerca de lo que ocurre, se da cuenta que está solo allí, mientras todos duermen, y el único con quien puede charlar es Arthur, un mozo robot (Michael Sheen) devenido en su confidente y encargado, claro, de servirle los whiskys cada noche.