POLVORA MOJADA
El Robert De Niro de ahora se ha lanzado decididamente a la comedia. Y no es lo que mejor hace. Aquí le da vida a Ben, un jubilado setentón, que se recicla para sentirse otra vez en carrera. Empieza como pasante en una casa de moda que tiene en la cabeza a Jules, una muchacha exigente, irritable, que no anda del todo bien en su casa y que, como la comedia exige, terminará encariñándose con el recién llegado. Pero bueno, con ese esquema, Nancy Meyers plantea una historia inconsistente, poblada de lugares comunes, mal dialogada, que rescata a manera de homenaje cosas del ayer (en modos y vestuario) y motoriza una suave mirada pro femenina. De Niro, con muchas morisquetas, es un protagonista; la otra es Anne Hathaway. En el medio, situaciones apenas amables y chistes gastado. Y alrededor, un elenco de chicos del cine de hoy, con sus mañas, sus tonterías, sus enredos, todos puestos allí para contrastar a este jubilado de buenos sentimientos que se las ingenia para hacerse notar, gustar, enmendar alguna historia y ser aceptado. Es una pena este traspié, porque Nancy Meyers (“Alguien tiene que ceder”, “Enamorándome de mi ex”) supo hacer buenas cosas.