Ben (Robert De Niro) se encuentra empezando la tercera edad. Viudo, jubilado, sin mucho que hacer y buscando ocupar su tiempo libre. Estudia cuanta cosa encuentra, evita salir con una mujer interesada en él y va a funerales de amigos. Un día normal, encuentra un volante de una página de venta de ropa online, la cual implementará un sistema de internos pasantes, pero jubilados, en pos de hacer buena publicidad. Pese a que la jefa de la ascendente empresa, Jules (Anne Hathaway), a regañadientes acepta a Ben como asistente personal, de a poco él ira ganándose un lugar en el corazón de ella y de todos sus compañeros.
Antes de empezar con el análisis de la nueva película de Nancy Meyers (“Lo Que Ellas Quieren”, “Enamorándome de mi ex”), quiero aclarar que pese a lo que muchos piensan, Pasante de Moda (el título puesto en Latinoamérica no ayuda demasiado), no es una nueva versión de “El Diablo viste a la moda”, pero con los roles invertidos; nada más lejos de la realidad.
Pasante de Moda
Si bien el personaje externo al mundo de la moda y una jefa obsesiva con su trabajo se hacen presentes, ahí terminan las similitudes, porque acá la trama pasa por otro lado. De hecho me gustaría saber por dónde Nancy Meyers quería centrar la historia que ella misma escribió.
Por un lado tenemos a Ben en sus años de retiro que se inserta en un trabajo que le es totalmente ajeno, y las situaciones cómicas que esto conlleva (no entender la tecnología, menos aún comprender de moda). También está su relación con sus compañeros de trabajo, todos muchos más jóvenes, en edad de ser sus hijos, y cómo este los va aconsejando y convirtiéndose en una especie de tío adoptivo de todos. Además conocerá a una mujer que le hará sentir cosquillas en la panza de nuevo; y la obvia relación con su jefa, que empezará tirante y terminará como si fueran padre e hija.
Esto no tiene nada de malo, salvo por el tema de que la historia “lagunea” bastante entre todas estas subtramas, sin decidir en ningún momento cuál priorizar o a cuál darle un cierre adecuado al final, haciendo que la película de a ratos se transforme en una comedia de esas que son una sucesión de escenas graciosas, pero sin ningún hilo narrativo claro. Y si a esto le sumamos las tramas que aporta el personaje de Jules (los obvios problemas en casa por estar todo el día trabajando), la cosa no mejora demasiado.
Pasante de Moda
Si el film se hace disfrutable, es por obra y gracia del eterno Robert De Niro, quien ya demostró que tiene timing para la comedia. Y pese a que su personaje no es demasiado elaborado, sabe sacarle provecho a los gags que lo tienen como alguien fuera de contexto. Es una pena que a Anne Hathaway le dieran un personaje tan plano y sin matices como para tener con qué trabajar. Más aún cuando ella también dio sobradas muestras de que se maneja bien con la comedia liviana… Pero esta vez queda muy opacada por su coprotagonista.
Pasante de Moda (The Intern, en su nombre original) es una película simpática, bastante light, que nunca se arriesga a llegar a fondo en ninguna de las subtramas que abre, pero que por la experiencia de sus protagonistas se hace llevadera para el espectador.
Para el que se quiera reír con algo que no sean flatulencias o gente drogándose, seguro la va a saber apreciar mucho más. Para quienes prefieran ver algo elaborado, hay mejores películas en cartelera.