De segundas oportunidades
Cuando ya habíamos creído ver a Robert De Niro en todos los papeles que uno siquiera podría dimensionar, la astuta Nancy Meyers le da la posibilidad de crear un personaje entrañable en Pasante de moda (The Intern, 2015), un dramedy en el que el veterano actor se las ingeniará para quitarle el protagónico a la anodina Anne Hathaway, quien regresa a la comedia luego de algunos traspiés en otros géneros, haciendo de un pasante septuagenario.
La historia de Pasante de moda se centra en el conflicto clásico de lucha de poder entre opuestos y se inicia cuando el jubilado Ben Withaker (Robert De Niro,De Niro), un viudo que ya no sabe qué hacer con su tiempo y su vida, decide aceptar la propuesta de una empresa de venta de indumentaria por internet que solicita la asistencia de personas de la tercera edad para diferentes puestos.
“About the fit” es una de las empresas más innovadoras de la web que basa el secreto de su éxito en Jules Ostin (Hathaway), su CEO, una joven emprendedora que supo en tan sólo nueve meses lograr las metas de mercadeo esperadas para un lazo de cinco años.
Pero detrás de la coraza que Jules posee, la que muestra al mundo como una obsesión hacia el trabajo, poco a poco comienza a resquebrajarse, al darse cuenta que comienza a hacer agua en algunos puntos en los que antes era invencible, principalmente los relacionados con su vida personal.
Alentada por Cameron (Andrew Rannells), quien además fue el gestor del proyecto de incorporar a personas mayores a la empresa, Jules acepta a regañadientes la ayuda de Ben, quien será designado como su asistente, pese a que ella siempre controla absolutamente todo en la empresa y cree poder con todo.
Pero más allá de los primeros encontronazos entre ellos, cuando Ben comience a relacionarse con cada empleado en “About the fit”, Jules verá cómo en la confianza que debe germinar en los demás se consolidará su figura de exitosa empresaria y de, en un segundo plano, su semblante como ama de casa y madre, a pesar de dedicar muy poco tiempo a esto.
Porque justamente con sus consejos, el experimentado Ben comenzará a inmiscuirse en su vida personal, cosa inaceptable para Jules, ya que nunca se abrió completamente con nadie y mucho menos querrá hacerlo con este empleado temporal que de un día para otro le viene a dar indicaciones sobre cómo manejarse en su matrimonio.
Pasante de moda posee una narración clásica, que potencia cada gag y punchline que el guión de Meyers brinda para los personajes, pero también, como en sus anteriores films, mezcla géneros sumando risas a la vez que lágrimas. Es que la directora no sólo querrá contarnos este cuento en el que las segundas oportunidades son el plato fuerte a través de sonrisas, al contrario, dedicará a lo largo de las dos horas de duración las dosis necesarias para poder construir un relato que genere varias sensaciones mientras avanza en la acción y también una fuerte adherencia hacia los personajes.
Como toda fábula, hay moralejas, pero también hay un sabor agridulce que la acerca a la realidad con la que diariamente sus personajes profundizan sus miserias y gozos, porque justamente Pasante de moda es un film que se apoya en la solidez de las actuaciones de los protagonistas, pero también en una serie de personajes secundarios (interpretados por Adam DeVine, Reid Scott, Zack Pearlman, y una recuperada para el cine Rene Russo) que ofrecerán el contexto necesario para hacer más verosímil esta historia de triunfadores que deben aceptar ayuda, al menos por un tiempo, para poder seguir adelante en la vida y ser exitosos.