Lecciones de madurez
Hace mucho tiempo que Robert De Niro, una gloria del cine contemporáneo, dejó tanto de desempeñarse adecuadamente como actor como a recibir buenos papeles para representar.
Lejos han quedado los viejos tiempos de las mafias y oscuros policiales dramáticos en donde supo lucirse y al mismo tiempo repetir, una y otra vez, el mismo papel de italo-americano duro y peligroso, llegando al punto que las nuevas generaciones seguro lo ubiquen más por sus últimos papeles en comedias de la pantalla grande. Su carrera ha pasado momentos nebulosos y de cierta contracción artística, pero es posible que haya llegado el momento de la redención, junto a una fresca e impecable Anne Hathaway en la nueva película de la directora y escritora Nancy Meyers, Pasante de moda (The Intern).
Meyers ya ha destacado tibiamente en producciones anteriores como What women want (2000) y Something's gotta love (2003) en donde se desempeñó tanto como directora, como escritora. Luego de un largo descanso de la pantalla grande (su anterior pelicula data del 2009) llega con la que posiblemente sea la mejor producción de su carrera.
Pasante de moda tiene todo lo que tiene que tener una comedia romántica: una buena dosis de risas y sonrisas, ternura, emoción y una pequeña pizca de drama. Tanto su trabajo en la dirección como en el guion son muy buenos, siendo el último el factor más destacado.
Pero si hablamos de destacados es imposible pasar de largo a una Anne Hathaway en uno de los papeles más complejamente desenvueltos hasta el momento, y es que tranquilamente el personaje de la dueña de compañía que le toca desempeñar podría haber pasado tan desapercibido como básico o estandar, pero Hathaway consigue llevarlo a un máximo nivel de expresiones y sentimientos cambiantes de forma tan constante y natural que muestran claramente que estos son los papales con los que más cómoda se siente.
Como dije anteriormente, Pasante de moda tiene todo lo que se necesita y si hay algo para criticarle tal vez sea la duración a la que tranquilamente le sobra unos 20 o 25 minutos, pero que quede claro que esta no es de ninguna manera una excusa para no pasarse por el cine a verla.