Fallida comedia de los Farrelly y van...
Hace tiempo, los hermanos Bobby y Peter Farrelly inauguraban un estilo de comedia ácida, levemente sexual y escatológica con "There's something about Mary" en 1998...Aquella recordada cinta con Cameron Díaz y Ben Stiller fue, indudablemente, el punto más alto de su carrera y a pesar de poseer los hermanos el sello original de este tipo de producciones lo cierto es que no han logrado evolucionar hacia formas más interesantes o, en su defecto, mantener el nivel de su primer gran éxito. De todas sus propuestas, sólo "Shalow Hal" (con Gwyneth Paltrow y Jack Black) estuvo cerca del impacto esperado. En lo personal, no es un cine que apueste por valores reflexivos importantes ni un tipo de filmografìa que deje huella, pero si paso un buen rato y me río con ganas, los abrazo y no los dejo ir.
Me pasa últimamente viendo sus trabajos que siento no sólo que se repiten, sino que ideas que potencialmente pueden ser desopilantes, terminan siendo chatas, aburridas y encima, como es el caso de "Hall Pass", terriblemente moralistas. Estaba en la sala y decía... Cuánto falta para que se estrene "Qué pasó ayer 2?" Ese es el cine que los Farrrelly deberían estar haciendo y no este tipo de relatos mal guionados en el que sólo se esperan un par de escenas groseras y nada más.
Indudablemente, lo que viene, su versión de "The three stooges" para 2012 debería marcar un punto de inflexión en su carrera, si eso no funciona, ya no valdrá la pena siquiera alquilar sus películas.
"Hall pass" parte de una premisa interesante: la observación del desgaste matrimonial en dos parejas de amigos. Los hombres, que ya están pisando los 40, siguen hormonalmente arriba y les cuesta controlar su masculinidad incluso frente a sus esposas. En pocas palabras, miran mujeres descaradamente todo el tiempo provocando la ira de sus mujeres. Owen Wilson es Rick, casado con Maggie (Jenna Fischer), tres hijos, un trabajo común, una vida sexual casi inexistente y una relación inquebrantable con su amigo Fred (Jason Sudeikis). Este a su vez, tiene por esposa a Grace (la deliciosa Christina Applegate, de la vieja serie "Married with children", se acuerdan?), con la que no parece llevarse nada bien. Una serie de incidentes desafortunados hace que los hombres hablen sin tapujos de sus deseo hacia otras mujeres y que sus esposas se enteren. Siguiendo el consejo de una terapeuta, ella les propone darles un "pase libre". Es decir, disolver las responsabilidades conyugales y que cada pareja tenga una semana para hacer lo que quiera, sin saber nada del otro ni preguntar al regreso. Aunque las chicas no estén convencidas del todo, el argumento de la psicóloga es fuerte: "cuando más prohibís algo, más se desea, así que si esa prohibición cae, eso dejará de volverse deseable". Bueno, o algo así.
Acordados los términos de este "timeout", las chicas se irán por un lado y los hombres por el otro. Y lo que promete ser apoteótico (ver a los hombres haciendo payasadas para conseguir mujeres), no sucede nunca. En ese sentido, el guión se olvida de que estamos viendo cine, y lo que hace, es registrar lo que todos sabemos que pasaría en estos casos: a los hombres les va mal, comen a morir, se aburren, las mujeres jóvenes los rechazan, y a las mujeres todo les sonríe, son objetos de deseo instantáneo. A ver, aquí los Farrelly que vienen creando la oportunidad para dinamitar la película y llevarnos a un viaje de ida, deciden subirnos a un auto familiar a ir a comer con otros tres amigos, alitas de pollo y tomar cerveza hasta morir. Claro, en la pantalla, ellos se duermen y nosotros, en la butaca, hacemos lo mismo... No es que el cine imita la vida? O es al revés?
Los gags que todos esperan, los groseros, son feos. La verdad, son pobres, algo previsibles y no aportan nada a la trama. El espíritu familiar que impregna el film desde sus inicios es una patada al hígado: cómo nos vamos a divertir con estos tipos que lo primero que hacen es ir a jugar golfito con tres amigos varones???? Cuatro guionistas: a saber, los dos Farrelly, Pete Jones y Kevin Barnett para esto?
Les digo, la anécdota es tan previsible (y yo tengo 40, así que me se todas las ramificaciones tradicionales del caso) que me cuesta creer la impronta que le dieron al guión. Es un desperdicio. A los 30 minutos ya miraba la salida...
Un producto fallido a todas luces, un par de buenos comediantes, desperdiciados y una cinta que quedará rápidamente en el olvido, eso es "Hall pass". Habrá que buscar otras alternativas en cartelera para ver antes que ceder a la tentación de devolverles la confianza a los hermanos Farrelly.