Paternóster

Crítica de Emiliano Basile - EscribiendoCine

El mal en ti

Ni vampiros, ni zombis, ni asesinos seriales, el verdadero peligro no es externo sino interno y viene de los más oscuros pensamientos escondidos en nuestras mentes. En materia cinematográfica dicho miedo encuentra forma en el terror psicológico, donde la locura y los límites que pueda alcanzar es el mayor temor de un hombre común.

De esto trata Paternóster (2016), debut del actor Daniel Alvaredo en la dirección cinematográfica de amplia trayectoria en televisión, que tiene a Eduardo Blanco personificando al inolvidable hombre de barrio de las películas de Juan José Campanella, aquí obsesionado con el embarazo de su mujer potenciado por una extraña herencia sumado al singular cuadro del pintor italiano Caravaggio.

Eduardo Blanco es Tito, un fotógrafo cincuentón que vive una vida tranquila junto a su mujer Carmen (Adriana Salonia) y su compañero de trabajo y amigo personal Germán (Iván Balsa). Aquello que le falta para ser feliz es tener un hijo, al punto tal que ante la noticia de embarazo de su mujer se obsesiona por el miedo a perderlo. Sumado al hecho, aparece una inesperada herencia que se firma ante un perturbador cuadro de Caravaggio. Ambas cuestiones se cruzan de la peor manera.

¿Cuál es el peor miedo imaginado? ¿Cuál representa el mayor peligro para uno y sus seres queridos? El terror psicológico centra los temores en la propia naturaleza humana, en las miserias que puede desatar los propios pensamientos de un hombre, aquellos que con solo imaginarlos causan estupor en quien los percibe. Por ahí transita la trama de Paternóster un oscuro thriller de suspenso con reminiscencias a clásicos de la talla de El resplandor (The Shinning, 1980), Corazón satánico (Anegl Heart, 1988) y hasta El abogado del Diablo (The Devil,s Advocate, 1997).

Pero el agregado de esta película es contextualizar dichos miedos en el costumbrismo: en ese universo de rutina barrial se imprime cierto aire criollo a un subgénero importado. Desde ese lugar se presenta la mitología asociada al título de la película (en otra actividad cotidiana como lo es ir de pesca), sumado al juego de miradas entre la realidad y las oscuras fantasías del protagonista. El bien y el mal tergiversando el punto de vista de quién mira.

Paternóster es una película realizada con escaso presupuesto y se nota. No cuenta con los grandilocuentes efectos especiales de hoy en día, y tampoco escatima desde el guion de Osvaldo Canis en clichés del género que pasa por varios lugares comunes. Sin embargo su apuesta a un género no transitado por el cine argentino le otorga un valor agregado y con eso marca la diferencia ante tanta fórmula reiterativa.