Hay películas que están hechas para todo público, hay otras que no son para todos sino solo para un círculo selecto de filmografías varias. Y después están las películas de Jim Jarmusch, gran abanderado de festivales independientes cuya adoración por el minimalismo genera opiniones extremadamente divididas en la platea. Paterson, su último trabajo, podrá ser una de ellas, un acercamiento a la poesía de lo mundano y cotidiano demasiado amable y apático, que encontrará su lugar respectivo en lo más distinguido de la cartelera.