LEJOS DEL PARAÍSO
Cuando el cine independiente todavía ni usaba ese nombre, Jim Jarmusch irrumpió con una película que hoy es un clásico: Extraños en el paraíso. Un film tan personal como atrapante, donde con muy pocos elementos el realizador era capaz de crear un universo rico, emocionante, complejo, y al mismo tiempo con un aspecto absolutamente novedoso. Muchas películas pasaron entre 1984 y el 2016 de Paterson y aunque Jarmusch sigue siendo fiel a sí mismo en muchos aspectos estéticos y temáticos, su carisma y su conexión con el material ya no se percibe tan fresco y auténtico como en otros films. Todo director tiene derecho a evolucionar o permanecer en el punto de inicio, pero también los espectadores tienen el derecho de perder interés cuando la propuesta ya no le gusta. El conductor de micro y poeta protagonista de la película tiene mucho de los aspectos de los personajes de Jarmusch, pero el distanciamiento emocional que funcionaba tan bien en otras películas del director, acá simplemente se convierte en una expulsión. Le lleva demasiado trabaja a la historia construir cariño por los personajes, de hecho no hay más que un personaje, el resto son caricaturas con las que es imposible empatizar. Claro que Jarmusch no es un mal director y hay muchos elementos que valen la pena en la película, lamentablemente muy lejos de lo mejor que su cine ha ofrecido y también lejos de una película que merezca ser recomendada.