"Dr. Cliché"
Este thriller es la remake de la película de mismo nombre de 1978. “Patrick” es un paciente en coma en un hospital apartado donde se realizan experimentos de dudosa moral y legalidad, que muestra poderes telequinéticos. Kathy, la nueva enfermera, empieza a sospechar de que el paciente no está realmente en coma, y al ver los dolorosos experimentos a los que es sometido muestra compasión por él y desafía a su jefe, el Dr. Roget, interpretado por Charles Dance.
Sin embargo, si esperan el nivel interpretativo que conocemos de Tywin Lannister en “Game of Thrones“, lamento decepcionados. Dance es un gran actor, pero el guión construye un personaje chato y no tiene siquiera demasiadas escenas para desarrollarlo. Obsesionado con un ideal, frío, calculador, y con desprecio por la vida de los demás; parece la versión médica del patriarca de Poniente. Los macabros dueños de la clínica se completan con la hija de Roget, Cassidy, interpretada por Rachel Griffits a quien probablemente recuerden de la serie “Six Feet Under“.
Podrían haber sido tanto más. Cassidy, criada en silencio en medio de la nada entre pacientes en coma, hija de un científico loco, y por cierto nos enteramos que su alguna vez esposo se suicidó. Bastante material para que la nominada al Oscar haga algo memorable. Pero al igual que Dance, Griffits sencillamente no tiene tiempo de hacerlo. Lamento que estos dos, “los malos”, no hayan tenido el espacio para trabajar a sus anchas. Lo cual nos lleva a la enfermera Kathy que ocupa el 90% del tiempo en pantalla, Sharni Vinson. Está bien chicos, nosotros tampoco sabemos mucho de ella. Su interpretación fue aceptable pero no memorable, no agrega demasiado.
Como drama estaría bien. La chica despechada va a trabajar a un lugar apartado para que, la verdad sea dicha, su ex no la moleste. Conoce a otro, pero el ex siempre estará ahí, y vuelven y ya. Mientras descubre que su jefe hace experimentos ilegales y amenaza con denunciarlo. Pero cuando tardíamente empezamos a saber de los poderes telequinéticos de Patrick, se vuelve el colmo de los clichés. No podemos evitar pensar en Carrie. Y es que la “Patrick” original, de 1978, fue la respuesta australiana a “Carrie” (Brian de Palma, 1976). Hasta nombrar la película con un nombre propio. El director de la vieja Patrick, Richard Franklin, mencionó que la estética era un homenaje a su mentor, Alfred Hitchcock.
Poca originalidad en la de 1978, aún menos originalidad en la remake. Incluso el director convocó a miembros del equipo de producción original, y al compositor de cine que trabajó con la Carrie de 1976. Justamente hace poco vimos una remake de Carrie, con Julianne Moore y Chloë Grace Moretz, estrenada hace casi un año. Parece que hasta en la respuesta es poco original. Si quieren ver el estilo Carrie, vean a Carrie; y para el escenario Hitchcock mejor vean a Hitchcock. Para el guión Stephen King, lean a Stephen King. Lo mejor de esta película son los malos, que podrían haber hecho mucho más.
Agustina Tajtelbaum