Patrick

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

Terror a control remoto

Patrick no está muerto, aunque parece. Es el comatoso de lujo en una oscura clínica de la Australia profunda y su director, el doctor Roget, lo usa para realizar experimentos en telequinesis. El problema para Roget (Charles Dance), y para sus asistentes, es que Patrick (Jason Gallagher) es un psicópata y usa sus poderes para algún que otro asesinato. Con su última enfermera muerta, Roget contrata a Kathy (Sharni Vinson), cuya belleza no escapa a nadie, menos a Patrick. El aspecto más interesante de esta película de terror australiana es la relación de enfermera y paciente: mientras Kathy intenta ayudar a Patrick a salir de su estado vegetativo, Patrick desea a Kathy de todas las maneras posibles. En el medio, el muchacho querrá eliminar a cualquiera que interfiera en su amorío, desde el novio de Kathy hasta el mismo doctor Roget. Con su mente en control remoto maneja autos a distancia, levanta el voltaje de aparatos y habla por boca de otros (en el clímax, todos los pacientes comatosos despiertan gritando: “Patrick quiere su pajita”). La película es una remake de un film australiano de culto de 1978 y, pese a un buen empleo de los efectos especiales, no escapa a todos los clichés del film de género.