De otra galaxia
¿Cómo hacer sencillo lo complejo? Asociar un grupo de freakies con un extraterrestre, homenajear al mundo de los comics y de la Ciencia Ficción, criticar a las religiones ortodoxas y a los Estados Unidos como nación armada y sintetizar todo en un discurso sobre el valor de la amistad. Paul (2011) lo logra con un relato tan simple como divertido.
Dos amigos fanáticos de los comics viajan desde Inglaterra hasta los Estados Unidos para una convención de historietas. Al salir de la misma, deciden aprovechar el viaje para recorrer a bordo de una casa rodante lugares donde hubo apariciones de ovnis. En ese trayecto se topan con Paul (voz de Seth Rogen), un particular extraterrestre fugitivo de los agentes secretos que intentarán capturarlo. Los dos amigos, más una chica pueblerina huirán por las carreteras mientras entablan una profunda amistad.
Al director Greg Mottola le gustan los relatos sobre las amistades juveniles. Lo demostró con Super Cool (Superbad, 2007), con Adventureland: Un Verano Memorable (Adventureland, 2009) y vuelve a hacerlo con Paul. Esta vez, bajo el género de la Ciencia Ficción y con un extraterrestre muy especial: fuma porro, le gusta tomar cerveza y maldecir. Los dos amigos nerds se topan con él (¿o con otro extraterrestre?) con quien desarrollaran una fuerte amistad.
La película además de utilizar la efectiva fórmula del fugitivo, se permite criticar a las religiones ortodoxas con el personaje de Ruth (Kristen Wiig), una pueblerina fanática religiosa que no quiere aceptar la existencia de aliens, y a los norteamericanos como sociedad que pretenden solucionar los conflictos mediante la violencia.
Cuando una película plantea tantas subtramas con un relato sencillo, entretenido y muy pero muy divertido, estamos frente a una gran película. Y Paul, al igual que su personaje, bajo una apariencia espontánea engloba años de evolución en este aspecto.