La “road movie” debe estar dentro de los inventos más raros que se usaron para clasificar películas en tanto género. Me pregunto a quién se le ocurrió tal cosa. Comedia, drama, aventura, bélica, todo dentro de la misma bolsa, sólo porque la acción (o la mayor parte de ella) se desarrolla en un camino, ruta, autopista, etc. Menos mal que no proliferó esta forma de definición. Ya me veía hablando de riachuelo movies, tribunales movies, supermercado movies, ¡o vaya a saber que otra ridiculez!
“Paul” de Greg Mottola ocurre en la ruta, y la trama se desarrolla durante un viaje, pero es una comedia. Créame. ¡Y de las buenas!
Dos nerds, Graeme (Simon Pegg) y Clive (Nick Frost), fanáticos de todo lo relacionado con la ciencia ficción, incluyendo historietas y series, llegan de Inglaterra a Estados Unidos para la convención anual de Comicon, encuentro que reúne a los fanáticos de todo el planeta. Pero el viaje tiene otro propósito aún más importante para ellos: hacer un recorrido en casa rodante por aquellos lugares de USA en donde hubo contacto extraterrestre.
Eventualmente se encuentran con uno. Adivine como se llama: Paul. Se trata de un alien que se ha escapado del Área 51 con la idea de retornar a su planeta. En cautiverio durante décadas, el sujeto ha tomado todos los modismos y costumbres del ser estadounidense de medio pelo y grosero: Insulta, fuma, toma alcohol, habla de minas y tiene un humor bastante ácido. Le diría que se imagine al humor de Alf aggiornado a esta época y no apto para todo público.
Paul conoce a los británicos, se une a ellos emprendiendo una huida cuyo destino final es el punto de cita del alienígena con los congéneres que llegarán desde el espacio para rescatarlo. Enterada de la fuga, la jefa de jefas (actriz sorpresa) ordena a uno de sus agentes la búsqueda y captura de Paul, un agente de pocas pulgas y pocos amigos. El resto, imagínelo durante medio minuto. Sí, es exactamente lo que pensó. Sin embargo, esta vez lo predecible no resulta un factor negativo.
Esta comedia se sustenta sobre dos pilares fundamentales: El extraterrestre cool y ocurrente (en la voz de Seth Rogen), con un humor apuntado directamente sobre las convenciones del género para reírse de ellas, y la excelente química de Simon Pegg y Nick Frost, a los que se suma la gran comediante Kristen Wiig como una chica caída del catre que aprende de todo en el viaje.
Por supuesto que cuanto más fanático sea usted, y más sepa de ciencia ficción, más gags y guiños podrá agarrar al voleo, pero es importante destacar que “Paul” se puede disfrutar aún si vio muy poco, hasta le diría que con “Encuentros cercanos del tercer tipo” (1977) alcanza.
Al director Greg Mottola le falta poco para lograr que se lo empiece a usar como referencia. Sabe muy bien esto del humor rebuscado, y ya manejó su propio código en películas como “Un verano memorable” (“Adventureland”, 2009) o “Super Cool” (“Superbad”, 2007), y en el caso de “Paul” con el agregado de construir un personaje muy sólido, a tal punto que hace olvidar al espectador que se trata de un ser enteramente digital.
Las tramas paralelas se desarrollan por los carriles normales. En este sentido los guionistas (los mismos actores Simon Pegg y Nick Frost) siempre tuvieron claro que esta producción es un gran gag dividido en secciones, que bien podrían ser parte de cualquier sketch de Saturday night live o Mad TV.
Probablemente “Paul” no pase a la historia del género, pero seguramente será de culto y, en el mejor de los casos, si usted detesta la ciencia ficción o las historietas, esta realización será su mejor compinche para entender por qué.