Un gran regreso del director Ti West en el género de terror, cuya última obra recomendable dentro de esta rama la brindó en el 2013 con The Sacrament.
Pearl es una precuela de X, un film estrenado el año pasado que homenajeaba el subgénero slasher de los años ´70 con una influencia notable de La masacre de Texas.
Una propuesta que pese a una buena interpretación de Mia Goth no me terminó de convencer por la premisa ridícula que desarrollaba.
La trama presentaba a una pareja de ancianos de casi 100 años que se desenvolvían con total naturalidad como si fueran familiares de Leatherface o Jason Voorhees.
Un concepto que era imposible de comprar, sobre todo cuando la muerte de los personajes dependía de las acciones extremadamente estúpidas que cometían a lo largo del conflicto.
Una característica que en cierta manera es parte del ADN del slasher pero en este caso derrapaba demasiado en esas cuestiones.
Pearl afortunadamente resultó una obra mucho más interesante.
La nueva propuesta del director narra los orígenes de la villana del film previo en un relato que explora la típica vida y contexto perturbador que suele rodear a los asesinos seriales.
Por el lado del argumento no aporta nada nuevo a la temática, sin embargo la gran virtud de la película la encontramos en el modo en que West presenta y desarrolla el conflicto central.
La trama se relaciona con los géneros del slasher y el thriller psicológico que el realizador utiliza para homenajear la Era Dorada del cine hollywoodense.
West toma como influencias musicales El mago de Oz, Mary Poppins y las comedias clásicas de Judy Garland con el fin de explorar la perturbadora psiquis de Pearl, quien de este modo se convierte en una villana mucho más compleja.
Si bien el director consigue que la excéntrica combinación de géneros funcione en el relato es la interpretación de Mia Goth la que eleva el contenido artístico a otro nivel.
El modo en que trabaja el deterioro mental del su personaje es fascinante porque contribuye a que su rol no se convierta en una caricatura de los freaks del slasher.
El relato no es indulgente con las cosas terribles que hace pero elabora en profundidad el contexto que determina su caída y los crímenes que eventualmente comete.
La verdad que me desconcierta mucho el hecho que Mia no sea convocada para más película de renombre ya que hoy sobresale entre las mejores actrices de su generación.
Lo que hace en este film es soberbio y la última escena perturbadora con la que cierra el film queda grabada en la memoria durante un tiempo.
En los aspectos técnicos West sorprende con una labor muy interesante donde su cariño por el cine clásico y el terror se fusionan de un modo muy original.
De este modo nos encontramos ante un cuento macabro que abraza la estética colorida de los musicales norteamericanos de los años ´50.
No tenía idea que iba a encontrar en esta película y me sorprendió muchísimo.
Claramente sobresale entre los mejores estrenos que brindó el género en el último tiempo.