Pearl

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Rara, retorcida y macabra, como un pastiche y con la manera de rodar en los años '70 el cine de terror, Pearl devuelve a uno de los personajes de X, la película de Ti West, estrenada a comienzos de 2022. Una protagonista a la que la cabeza, tal vez, no le esté funcionando como debería.

La película es una precuela de X -que está disponible en Amazon Prime Video; de nada- y ahora la actriz protagónica de aquélla, Mia Goth, ha coescrito el guion con el director de la película original.

Y sí, tiene algo, si se quiere buscar, de Psicosis y de El Mago de Oz.

El filme aborda el tema de una pandemia (la gripe española, en 1918) y refleja cómo la experiencia del encierro puede incubar otras dos “enfermedades”: la disfunción y el miedo.

Sesenta años no es nada
Lo que sorprende, de entrada, es que las acciones transcurran poco más de 60 años antes que el filme original. Y también en una granja... La que no está aquí, claro, es Jenna Ortega (Merlina).

En X, un claro exponente del cine slasher, ambientado en 1979, Mia Goth interpretaba a dos personajes. Uno era Maxine, la joven a la que su pareja quería convertir en estrella del cine porno, y a... Pearl, la anciana con deterioro cognitivo que, con su esposo, eran dueños del granero de la granja que le alquilaban a los incautos cineastas.

Ahora, decíamos, es 1918, y Pearl, jovencísima, tiene sentimientos enfrentados. Por un lado, espera el regreso del frente de batalla en Europa de la Primera Guerra Mundial de Howard, su esposo, al que ve como salida, la única vía de escape. Es que en la granja se hace cargo de más de lo que debería, por las exigencias de su estricta madre. Su padre (Matthew Sunderland) está postrado tras sufrir un derrame cerebral, y hay hasta que limpiarlo cuando va al baño.

Pearl tiene una “mascota”, un cocodrilo hembra a la que le da de comer, por ejemplo, un ganso -al que le clava una mirada mala y alguna otra cosa- y, llegado el momento y la necesidad, podría darle un humano.

Pearl tiene un sueño: triunfar como bailarina en el cine mudo. Ensaya en el granero, a la vista de su vaca amiga, y cuando la madre, inmigrante de Alemania (Tandi Wright), que teme el sentimiento antialemán en su nuevo país, le pide que vaya a hacer las compras al pueblo (con barbijo), aprovecha y se cuela en el cine.

Y le pega un sorbo a la morfina que compra para su padre.

Conoce al proyectorista (David Corenswet), hay cierta atracción, y si Howard no regresa, ahora que está por terminar la Guerra, tal vez, en una de ésas...

El comportamiento perturbador de Pearl, para quienes no vieron X, poco a poco irá intensificándose. Infeliz e insatisfecha, podrá tener sexo o algo parecido con un espantapájaros. Y esperen a ver el monólogo que en cierto momento le clava a su cuñada (Emma Jenkins-Purro).

Rodada en Nueva Zelanda, Pearl tiene todo para convertirse en un clásico del terror. Y como están preparando la secuela de X, MaXXXine...