“Pecados de mi padre” contiene dos narrativas. Por un lado, cuenta la historia de Pablo Escobar Gaviria (poderoso narcotraficante colombiano muerto en un enfrentamiento con la policía en 1993) desde el punto de vista de su único hijo varón, Sebastián Marroquín. Por el otro, los intentos de Sebastián por contactar a los hijos de las más prominentes víctimas de su padre.
El resultado termina por enseñarnos que entre sus hijos no hay un gran rencor. Sebastián Marroquín, hijo directo de Pablo Escobar cuenta de qué manera ha vivido en Buenos Aires, narra que por haber sido hijo de Pablo Escobar estuvo 45 días preso, y su madre, por haber sido la mujer estuvo más de 18 meses en prisión.
En el filme también están los testimonios de Rodrigo Lara, Juan Manuel Galán, Carlos Galán, Claudio Galán y Maria Isabel Santos. Ellos en definitiva son víctimas de una u otra manera de Pablo Escobar.
Uno de los momentos más emotivos es cuando Sebastián Marroquí se entrevista con los hijos de Galán, muertos por su padre. Lo interesante es la manera adulta que tienen de encarar la charla.
La dirección de Nicolás Entel se realza con los primeros planos y la narración que acompaña las imágenes. Quizás la voz en off le resta emotividad a un filme que vale la pena ver para entender un poco más la vida de este narcotraficante.