Llega a la cartelera el segundo largometraje del director argentino Diego Yaker, donde habla del primer amor en un pueblito chico, el odio y los rencores, y como se suele decirse “pueblo chico infierno grande”. Sus habitantes se encuentran llenos de secretos, prohibiciones, mentiras y obstáculos. Interpretada por: Pepe Soriano (abuelo), Carmelo Gómez (don Santo), Mariano Reynaga (Bepo), Diana Gómez (Lourdes), Cristina Brondo (María), Henny Trayles (Clarita).
Todo comienza con el parto y la muerte de María (Cristina Brondo), luego el espectador debe ir analizando y con el correr de los minutos ir entrelazando lo que te proporciona esta historia, donde conocemos a los protagonistas Bepo (Mariano Reynaga) y Lourdes (Diana Gómez),dos jóvenes que se conocen desde siempre y comienzan a gustarse lentamente.
Notamos rápidamente la personalidad de Bepo, es tímido, callado, criado en una casa humilde, llena de cacharros, vive con un viejo (Pepe Soriano), austero, callado, amargo, autoritario y duro, este es un artesano a quien que le comienza a fallar el pulso, y algo oculta.
Por el lado de Lourdes, vive con su padre Don Santo (Carmelo Gómez), lo ayuda en el almacén y viven solos, dado que su madre ya no está. Este es uno de los misterios que iremos resolviendo dentro de la historia, además de ir conociendo en profundidad a cada uno de los personajes.
Pronto vemos a Lourdes, una joven adolescente quien comienza a sentir su despertar sexual y tiene una revolución hormonal. Siente el deseo de seducir, va descubriendo su cuerpo mientras lo mira desnudo frente al espejo. Se arregla, coquetea y le encanta mostrarse a Bepo.
Ellos en silencio se desean mutuamente, surgen las fantasías y ambos quieren verse en cada oportunidad que se les presente. Ellos son los únicos jóvenes del pueblo, el lugar se encuentra habitado sólo por mayores o por aquellos que no se fueron a tiempo. Contamos con un paisaje con algunas montañas y varias casas bajas de madera y algunas de material.
Todo se encuentra rodeado de una estupenda fotografía realizada por Félix Bonnin, gracias a su paisaje (rodada en la Provincia de Salta), la banda sonora compuesta por Rudy Gnutti y un movimiento de cámara lento acompañando el desarrollo de la historia. Con la actuación memorable de Pepe Soriano, el resto del elenco acompaña en forma despareja.
Estos jóvenes viven ajenos al pacto de silencio que juraron sus mayores, no saben el misterio que oculta la capilla abandonada y que algunas cosas pueden cambiar y todo va dejando algunos interrogantes, ¿El amor, puede vivir más allá de los tabúes, la cultura y el pecado? Y los espectadores deberán descubrir cuál es el Pecado. Todo envuelto en una narración que termina siendo demasiado pausada, sin ritmo y que puede resultar soporífera para algún espectador.