A María Luz Carballo no en vano se la conoce como María Blues. Más allá de la cacofonía del apodo, esta música argentina logró hacerse de un nombre en el género no sólo por sus vínculos (es sobrina de Celeste Carballo y fue novia de Pappo), sino también -como diría Roberto Arlt- por prepotencia de trabajo. Con tan solo veinte años (hoy pisa los cuarenta), María dejó su Devoto natal y emigró hacia Chicago, cuna del blues, con el objetivo de ganarse la vida cantando y tocando la guitarra. No le fue fácil: al principio pasó penurias económicas y emocionales, pero con el tiempo supo ganarse un lugar en la escena de la ciudad norteamericana y tuvo dos hijas. Y siempre está soñando con volver.