Visiones cómodas
Ganadora de múltiples premios en diversos festivales, incluidos San Sebastián y Mar del Plata, Pelo malo de Mariana Rondón es una película venezolana que aborda el vínculo entre un niño y su madre, relación conflictiva que explota narrativamente con una situación trivial: el niño se quiere alisar el pelo para una foto escolar, y la madre no lo deja. Una película, también, que transita múltiples lugares comunes y clichés de un cine hecho para ganar premios y que si bien es muy efectivo, no deja de ser una obra bastante cuestionable ideológicamente y discutible en la forma en que elabora sus conflictos.
Y es que uno se pregunta cómo puede ser que este film haya sido tan bien recibido en el mundo. Bueno, esto tenga que ver quizás con que el cine latinoamericano ha ido desarrollando vertientes estéticas y narrativas que parecieran mostrar exactamente lo que los habitantes de otras latitudes quieren pensar sobre determinados sectores de Latinoamérica.
En este caso, lo hace a través de una película que muestra los permanentes vaivenes laborales y económicos de una familia que habita una asfixiante Caracas. Es evidente que el film tiene muchas cosas para decir sobre la realidad de las clases bajas, los vínculos materno-filiales y las distintas visiones acerca de la homosexualidad, pero la verdad es que nada queda muy claro. Y cuando lo que se presenta incluye decisiones éticas bastante deplorables, la verdad es que lo ideológico no tiene chances de sostenerse.