La segunda película del director Matías Szulanski (“Reemplazo Incompleto”) cuenta la historia de Natalia López, alias la Gorda, quien contrata a dos mujeres para conseguir unos riñones para poder realizarle un trasplante a su hermano. Pero todo se complicará en esta comedia sangrienta, cuando el destino les juegue una mala pasada.
“Pendeja, payasa y gorda” es un film transgresor de esos que no se suelen ver con frecuencia en la cartelera argentina. Mezcla la violencia explícita y sangrienta, con tensión, comedia absurda y humor negro, donde en su corta hora y cuarto el espectador se verá envuelto en esta entretenida historia.
Lo mejor que presenta la película es la manera en la que se cuenta la trama, es decir, a partir de distintos capítulos que no siguen un orden cronológico, sino que tienen su propia secuencia, mostrando una parte del relato que se centra en un personaje en particular. Tal vez al principio parezca un poco confuso, y el público se deba adaptar a esta distribución, pero a medida que se desarrolla el argumento, uno le va encontrando el sentido, y en el momento culminante todo cierra a la perfección. El espectador termina con una muy buena sensación de que todo tenía una razón de ser, y la forma que toma el relato hace que la historia tenga un impacto mucho mayor al que podría haber tenido si se contara conforme a cómo se fueron dando los hechos. Además, esto genera que no se le otorgue toda la información “masticada” al público, sino que se lo involucra en la trama a partir de la necesidad de una mayor atención.
En cuanto a los recursos técnicos y estéticos, “Pendeja, payasa y gorda” utiliza los elementos justos y necesarios para la realización del film, es una cinta sencilla y que va al punto constantemente.
Por otro lado, el elenco conformado por Mirta Wons, Florencia Benitez, Ana Devin, Germán Tripel y Andrés Gil, se encuentra muy bien cada uno en su rol, aportándole esa pizca de violencia o humor, o una combinación de ambos elementos.
En síntesis, “Pendeja, payasa y gorda” funciona debido a la forma en la cual se cuenta su historia violenta y graciosa, que genera un fuerte impacto durante su resolución, haciendo sentir al espectador que la trama cobró un sentido particular.