Un conflicto sin estallidos
Una casa con pileta se convierte en el epicentro de una serie de situaciones emocionales que involucran a Lucía (Valeria Bertuccelli) y Ana (Elena Anaya) y su amistad se pone en juego.
Pensé que iba a haber fiesta es la pelicula de Victoria Galardi (quien antes filmó la recomendable Cerro Bayo) que se ambienta en Año Nuevo e intenta hacer explotar un conflicto de relaciones entre las protagonistas. rodeando la historia de presencias familiares y parejas en crisis en plena cena.
Lucía está separada de Ricky (Fernán Mirás) y tiene una hija de él pero está junto a su nueva pareja (Esteban Lamothe). Por su parte, Ana es una actriz española que llega al "hogar dulce hogar" para pasar unos días con su amiga y se cruza con Ricky. Y supuestamente estalla el ¿conflicto?...
El film transcurre sin sorpresas, con personajes mirando las explosiones de fuegos artificiales en el cielo e imponiendo un clima en el que no pasa nada hasta los veinte minutos finales. Con buenas actuaciones de Bertuccelli (a quien siempre se ve creíble) y Anaya (La piel que habito, de Almodóvar) y solventes rubros técnicos, la película queda a mitad de camino debido a un guión simple que no ofrece mayores matices dramáticos y en el que prevalecen situaciones y diálogos que parecen improvisados.
El enfrentamiento entre estas dos mujeres, ahora separadas por un hombre, prometía mucho más pólvora y aguas agitadas, pero se limita a concentrar su fuerza en los cruces de miradas y en una relación apasionada entre la actriz y el ex marido de su amiga. Eso es todo.