“Un sudor frío recorre la penumbra”
Nada casual esta afirmación inicial teniendo en cuenta que el mismísimo director de la obra antes citada encarna en esta ocasión rol similar. David Lynch arriesgó cierta vez que un director tiene obsesiones casi imperceptibles para sí mismo, pero que, en el visionado final, allí están sin que uno se de real cuenta del importante papel que cumplieron en la obra...