Ensayo sobre el delicado equilibrio familiar
Pequeñas diferencias es una de esas películas inocentonas, inofensivas y autoconcientemente intrascendentes. Todo esto hasta que en un momento deja de serlo. Basada en la novela autobiográfica de Raphaële Moussafir, la sigue a una nena de nueve años oprimida por sus padres, interpretados por la también realizadora Agnès Jaoui y Denis Podalydes. O sobreprotegida, mejor dicho. La irrupción de una nueva amiguita -y sobre todo de su bella madre divorciada- generará un tambaleo en el equilibrio familiar.
No hay nada necesariamente malo en el film de Carine Tardieu: la trama fluye, el punto de vista infantil da aire y ameniza la narración y las dos nenas tienen el carisma para llevar el asunto adelante. Pero, sobre el final, Tardieu pega un volantazo de 180º grados, borrando con los codos todo lo previamente construido. Que no era demasiado, pero sí suficiente.