Warner Bros apuesta por un policial negro con actores estelares y una puesta en escena que de entrada es sumamente interesante. Rami Malek, Denzel Washington y Jared Leto protagonizan esta producción dirigida por John Lee Hancock.
Un detective (Rami Malek) recién llegado a la ciudad debe atrapar a un asesino en serie. Para esto acudirá a la ayuda de un policía (Denzel Washington) casi retirado que tiene mucha experiencia en estos crímenes.
La película se encasilla en el género policial negro, con ambientes muy oscuros y personajes afectados por su pasado oculto. Tiene un estilo que fue utilizado con frecuencia en los años noventa, en producciones como “Seven” y “El Coleccionista de Huesos” donde incluso Denzel Washington interpreta un papel muy similar al que vemos en “Pequeños Secretos”.
El film empieza bien, con este estilo clásico que mencioné, pero luego de la primera mitad se derrumba todo aquello construido. Desde el guion se intenta dar una vuelta de rosca que haga a la historia diferente al resto, pero no funciona, se hace intensa y por momentos no atrae lo que estamos viendo. El resultado de esta mezcla de estilos entre algo clásico y algo innovador hace que el largometraje se quede a medio camino en una nebulosa difícil de reparar.
Las actuaciones son lo más destacado de la película. El papel que interpreta Rami Malek es muy correcto, lo mismo para Washington. Todas las luces quedan puestas en Jared Leto que realiza un trabajo espectacular, dándole vida a un personaje misterioso y sumamente perturbador. La música y dirección están correctas, incluso algunas escenas de tensión están muy bien construidas, el principal problema se encuentra en el guion.
Es interesante lo que se intentó construir, con una premisa muy atractiva, con una vuelta de rosca que intenta mostrar las consecuencias de ser detective y un elenco extraordinario, pero lamentablemente se queda a medio camino.
Por Leandro Gioia