Pequeños secretos es un thriller policial de media tabla. O sea, no llega a deslumbrar, pero tampoco sentís que perdés el tiempo viéndolo.
Su mayor problema se encuentra en lo que se denomina como “pacing”, que son los tiempos y transiciones entre una escena y la otra. Esto no fluye del todo bien y por momentos se hace largo. Da la sensación de que hay escenas de relleno para llegar a las importantes.
Sin embargo, el trabajo del guionista y director John Lee Hancock es correcto para generar las atmosferas necesarias de intriga e incluso tensión en ciertos momentos. Por ello el film no es malo y hay mucho potencial. Pasa que no termina de explotar tampoco por la historia.
Entiendo que no todo puede ser a lo David Fincher, pero la comparación es inevitable.
En cuanto al elenco, Denzel Washington está bien, pero a reglamento, interpretando - una vez más- a un policía acechado por sus propios demonios. A Rami Malek le cuesta defender su Oscar en esta oportunidad. Sus gesticulaciones y tono de voz están fuera de lugar. Pero el que se lleva los aplausos es Jared Leto. Siempre genial en todo lo que hace y aquí no es la excepción pese a lo trillado de su personaje.
En definitiva, el film da para pasar el rato, pero no hay que pretender mucho más que eso.