Hay que reconocer que se extrañan los thrillers oscuros y profundos en la pantalla grande. Ultimamente estallan en los sistemas de streaming series de crímenes sin resolver, tramas macabras, policías atribulados y asesinos metódicos. La temática es un género muy transitado por lo episódico pero no abundan los relatos negros como en otras épocas.
Y no es que todo tiempo pasado sea mejor, desde ya que no…
La llegada entonces de «The little things» proponía una oferta interesante para estos tiempos, especialmente porque el trío de protagónicos ya ha demostrado su valor en numerosas oportunidades. A saber, nada menos que Denzel Washington, Rami Malek y Jared Leto. Tres estrellas que funcionan en estos «Pequeños secretos» como un triángulo que intenta retroalimentarse todo el tiempo, con dispar suerte.
Rami Malek y Denzel Washington son dos policías muy distintos... o no?
Escrita y dirigida por John Lee Hancock, ésta no es una película para estómagos débiles. Si bien no alcanza los niveles dramáticos de los films que la inspiraron («Seven», «Zodiac», por nombrar algunos), intenta presentar una historia con alguna vuelta de tuerca, disfrazada de fábula moral, sobre un frío asesino que viene descontrolando la ciudad.
La historia presenta a Joe Deacon (Washington), un sheriff pueblerino que es enviado a Los Angeles para recolectar evidencias de un caso. A su llegada, entenderá rápidamente que hay un asesino en serie en la ciudad y eso despertará en él, emociones mezcladas.
El detective encargado de llevar adelante la investigación será Jim Baxter (Malek), policía de oficio con mucho futuro pero con poca experiencia en situaciones tan complejas. La cuestión es que los crímenes comenzarán a sucederse y este equipo de distintos, deberá aunar criterios para dar con el responsable, antes de que su escalada violenta se vuelva incontrolable.
Mas temprano que tarde, Deacon dará con un sospechoso singular, Albert Sparma (Leto) quien como ya podrán suponer, es dueño de un cinismo especial que obligará a los oficiales a poner todo su ingenio para determinar si es… o se hace (el asesino, digo).
El problema principal del guión es que Hancock no logra plasmar sus buenas intenciones en diálogos que valgan la pena. Hay un juego que pretende ser cadencioso para la narración pero extrañamente con tamaños actores, las escenas lucen frías a todas luces.
Los encuentros de los hombres de la ley con Sparma, no tienen intensidad ni misterio. Malek luce perdido todo el tiempo y sólo el oficio de Washington sostiene el interés por el recorrido. Leto tiene menos minutos y se las ingenia para mostrar una cara feroz y simpática (más o menos dentro de su registro habitual), pero lo más extraño es que en este triángulo no hay tensión. Apenas, algunas notas correctas dentro de una melodía que suena más que discreta.
«The little things» es un film que promedia por debajo de lo esperado. Tiene un inicio prometedor, pero a medida que la trama avanza, el ritmo se va desdibujando hasta cerrar de manera poco imaginativa. No siempre, la calidad de los intérpretes garantiza un producto acorde a dicha condición, y quizás esta película sea el ejemplo perfecto para graficarlo.