Este intenso thriller de John Lee Hancock (El sueño de Walt), en donde un caso del pasado se entrelaza con uno del presente y en donde nada ni nadie es realmente quién dice ser, propone un viaje potente a la idiosincrasia de una sociedad que aún cree en sus propias mentiras.
“La verdad está en los pequeños detalles”, dice Joe “Deke” Deacon (Denzel Washington), un hombre que perdió todo, que asumió sus errores, y que con la cabeza baja vuelve a su pueblo para retirar evidencia para un caso en su nueva morada, sin saber que ese retorno lo involucraría con un caso sin resolver de su pasado y que lo obligará a replantearse su vida.
Hancock lo describe en cuerpo y forma, lo detalla, lo hace transitar cansinamente los espacios en los que otrora se manejaba como pez en el agua, pero en donde ahora no puede siquiera imaginar estar al frente él solo de una investigación. Por contraste, y en la ebullición que implica el retorno de este hombre a la fuerza policial, aparece Baxter (Rami Malek), un detective que deberá asumir la difícil tarea de guiar a un equipo ante una serie de muertes que aparentemente tienen mucho en común con casos anteriores.
Aquello que primeramente se podría pensar como una buddy movie de opuestos, Pequeños secretos (The Little Things, 2021), la transforma en una épica narración en donde la puesta en valor de una cuidada reconstrucción de época, al mínimo detalle, posibilita transitar los senderos de los protagonistas empatizando con el hambre de gloria que poseen, sacrificando sus vínculos, su familia y sus objetivos.
El guion propone, con pericia, el recorrer el género procedimental, el visitar lugares conocidos para el espectador, pero presentándolos con una estilizada mirada, colores fríos, y encuadres que se potencian con la utilización de travellings y paneos, y que no hacen otra cosa que hablar de un género que ha influenciado a que millones de americanos se volcaran a la fuerza policial como manera de subsistencia.
Pero más allá de la forma, cuidada, precisa, en el contenido de la historia, se comienza a oscurecer todo aún más con la llegada de un sospechoso al relato (Jared Leto), que logrará unir aún más a estos opuestos para, desde ese momento, impulsar la intriga necesaria y el suspenso in crescendo hacia la resolución final.
Pequeños secretos habla de seres perdidos en la difícil misión de revelar la verdad, mostrándolos vulnerables ante sí mismos, y con las mismas inquietudes y temores que la mayoría de los personajes que los rodean, y además, se permite transitar la intimidad de éstos, en donde, sin jerarquías o rangos, hay algo que los unifica y debilita.
Descansando en notables actuaciones del trío protagónico, aún en la recurrencia del género, Hancock se permite revisitar climas y atmósferas, tomando lo mejor de clásicos para reposicionarlos como referencias y metas de su propuesta. En el camino, un doloroso proceso sin concesiones para los espectadores, con varios giros de guion y un final que termina de completar la obsesiva y detallada descripción de sus personajes, en una película que espera del público atención y complicidad.