Percy Jackson y el Rayo Dorado es un film que se destaca por haber sido desarrollado por sus productores sin confianza en la historia que contaban.
Parecería que los estudios Fox tenían miedo a que este film terminara como Eragon o Los seis signos de la luz que pasaron por los cines sin pena ni gloria y apostaron a fórmulas repetidas que ya se usaron en este género, en lugar de brindar algo original, con el objetivo que les fuera un poco mejor en la taquilla.
En este caso compraron los derechos de una saga de libros para preadolescentes que tiene una respetable cantidad de fans en los Estados Unidos (mucho más que los otros dos títulos citados) y dejaron la adaptación literaria en manos de la productora 1492, con el director Chris Columbus a la cabeza, responsable de llevar la serie de Harry Potter al cine.
Sin embargo los resultados fueron muy distintos por la sencilla razón que a Percy Jackson nunca le tuvieron fe.
Queda la sensación que Columbus filmó a las apuradas y no le importó nada el desarrollo de los personajes o plantear la primera entrega de una futura saga que tenía mucho potencial, porque la historia en general está buena.
La premisa de los dioses griegos interactuando con los humanos en el siglo 21 es muy atractiva pero no es un tema que aprovecharon en esta producción.
En lugar de eso prefirieron hacer una mala copia de los filmes de Harry Potter.
Uno de los problemas que tiene la película es que al igual que Crepúsculo, la narración va demasiado rápido y no le dan tiempo al espectador a que conozca a los personajes y el mundo de fantasía que los rodea. Todo transcurre de manera acelerada.
Percy Jackson es presentado en el comienzo como un chico adolescente con dislexia y diez minutos después lo vemos peleando contra criaturas mitológicas como si se hubiera dedicado a eso toda la vida.
En un solo día el pibe flogger se convierte en un experto en el manejo de espadas y enseguida se lanza pelear contra todo tipo de enemigos que vence sin problemas.
Creo que la gran falla argumental que tiene este film es que a Percy le faltó un Voldemort.
Un villano peligroso que lograra preocuparnos por los problemas que enfrenta el personaje principal y que además lo desafiara como héroe.
El hecho que al protagonista le salga todo bien y supere obstáculos sin problemas lo convierten en un personaje sumamente aburrido.
Columbus no deja ninguna puerta abierta para algún conflicto futuro y la historia pierde interés a medida que se acerca al final, además que hay escenas donde su dirección deja bastante que desear.
Por ejemplo, el protagonista en un momento se entera que su madre murió (al principio del film) y el pibe reacciona como si hubiera perdido un celular. Lo que tendría que haber sido un momento emocional importante pasa como si nada, ya que enseguida viene un combate de espadas patéticamente coreografiado.
Hay secuencias de acción que están bien realizadas con los efectos especiales, pero las peleas de espada son lamentables. Cualquier profesor de esgrima las podría haber mejorado.
Por otra parte, los grandes actores que aparecen en pequeñas participaciones como Sean Bean, Pierce Brosnan, Uma Thurman, o Rosario Dawson estuvieron desaprovechados y es poco lo que aportan en la historia.
Mentiría si escribo que la película es aburrida. Zafa como propuesta familiar y seguramente los más chicos pasarán un buen rato en el cine, pero es esa clase de filmes que al día siguiente borraste de tu mente.
Salvo que hagan severos cambios en una potencial continuación, por lo que se vio hasta ahora, cuesta bastante imaginar a Percy Jackson como una duradera franquicia para los Estudios Fox.