Mito a la griega
Nace una nueva saga, tipo Harry Potter.
Había una vez un niño, hijo de padres con poderes (magos, bah) cuyas historias fueron best seller y su traspaso a la pantalla grande no tardó en convertirse en éxito. A la saga de Harry Potter le sucede otra, la de Percy Jackson, otro hijo de al menos un padre superpoderoso, tanto que es Poseidón. Como su madre es humana -de acuerdo a los parámetros HP Percy sería como Hermione- nuestro héroe es un semidios, y sin advertirlo primero, y convencido de que buena parte del futuro de la humanidad depende de él, se pone a la carga.
Producida y dirigida por el mismo productor y director de las dos primeras películas de HP, Chris Columbus, Percy Jackson y el ladrón del rayo no crea su propia mitología sino que se nutre de la griega. Allí está Poseidón, peleando con su hermano Zeus, a quien alguien le ha robado su poderoso rayo. El joven, que es disléxico, tarda un poco en darse cuenta de que un profesor en sillas de ruedas y su compañero de estudios son en realidad figuras mitológicas: un centauro (Pierce Brosnan) y un sátiro -a no asustarse que la película es ATP-. Con el sátiro Grover y la hija de Atenea, Annabeth, Percy recorrerá etapas a lo ancho de los Estados Unidos para recuperar el rayo, porque sino, no volverá a ver a su mamá humana.
Sabiendo que Columbus estaba detrás del proyecto, era esperable la superproducción, el ritmo vertiginoso y los efectos especiales, tipo HP y Narnia. Todo ello está, sumado -igual que en HP- a un elenco lleno de estrellas en papeles secundarios como es el caso Uma Thurman, que como Medusa es capaz de dejar tieso al más pintado. No está nada mal que los niños y jóvenes se acerquen a la mitología desde el cine, con Hades, Hidra, Caronte, más minotauros y dioses del Olimpo. Hay escenas de violencia, pero no más fuertes que las que sobrevive el mago de Hogwarts, ni la historia es tan oscura como las que imagina J.K. Rowling. Se nota que Rick Riordan, el autor estadounidense de la saga de cinco novelas con Jackson al frente, ha leído los clásicos... o al menos los clásicos de la nueva literatura de aventuras, y su traslado al cine será más entretenida para los adolescentes que para los chicos.