Mitos modernos.
Hace tres años debutaba en la pantalla grande Percy Jackson con El Ladrón del Rayo, la primera entrega cinematográfica que adaptaba, por supuesto, el primer libro de la saga escrita por Rick Riordan y que cuenta con cinco libros de gran éxito mundial. El problema es que en la pantalla, el éxito no fue tan grande. Si, logró más de 226 millones a nivel mundial, pero viendo los números que hacía en esos tiempos Harry Potter y la saga Crepúsculo, algo no terminaba de cerrar.
De todas formas, a la saga se le dió una nueva oportunidad y hoy estrena en Argentina la segunda parte, El Mar de los Monstruos, que ya lleva recaudado, a nivel mundial, 152 millones de dólares; lo cual es un número aún más bajo que la primera, pero consideremos que aún le falta estrenar en mercados importantes. De todas formas, el gran punto es que pese a la actual fama de Logan Lerman y a una nueva aparición, el interés por Percy Jackson en el cine todavía no se hace físico, y eso es algo que, nuevamente, puede volver a atentar contra la saga, generando dudas en los productores.
Pero la tercera parte es la tercera parte, ahora centrémonos en la segunda, que es la que nos interesa.
En El Mar de los Monstruos volvemos a meternos en el mundo de los semidioses Percy (Logan Lerman) y Annabeth (Alessandra Daddario) que deben salvar su mundo y el nuestro del ataque de un Titán, para lo que necesitan tener en sus manos uno de los tesoros mitológicos más valiosos: El Vellocinio de Oro. El problema es que para conseguirlo deberán emprender un viaje lleno de peligros, en donde conocerán aliados y enemigos y bla bla... Ya conocen la historia.
Y es que este tipo de películas no es muy distinta una de la otra. Lo que las diferencia es la ejecución. Se me hace difícil comparar la peor Harry Potter con la mejor Percy Jackson sin que Percy salga perdiendo. Y no es solo una cuestión de presupuesto (que también se nota) sino de alma. Los personajes no son demasiado llamativos, y el director Thor Freudenthal parece querer sacarse el trámite de encima. Pero pese a todo, si lo que los llama de la película son las aventuras, adelante, que hay para todos.
En definitiva, Percy Jackson no llegó a sacarle el trono a Harry Potter, pero tampoco logró desarrollar una personalidad lo suficientemente fuerte como para soportar a sus espaldas el peso de un suceso comercial. Mientras tanto, como películas para divertirse un rato, la saga Percy Jackson funciona de maravilla.