La primera Percy Jackson no logró el impacto suficiente para iniciar una serie inmediata, aún si su director era el mismo de las dos primeras Harry Potter (el ocasionalmente bueno Chris Columbus) y superaba a su modelo. En fin: los estudios siguen buscando el Santo Grial de la Serie Millonaria y van a por ello. Lo peor que se puede decir de este Mar de los Monstruos es que difícilmente encontremos algo original: adolescentes con mágicos poderes (son hijos de dioses y hombres) luchan por salvar el mundo de un conflicto universal en el marco de la mitología griega. Lo mejor que se puede decir es que el film mezcla en partes equilibradas acción y humor, que carece de esa autoironía “para adultos” que termina siendo un guiño canchero en la mayoría de los casos, y que es generosa en el rubro espectáculo. Pasan muchas cosas, hay muchos peligros y, en términos generales, la acción física está bien diseñada y mejor filmada. Los personajes son simpáticos, lo que implica que no nos cuesta demasiado identificarnos con ellos y preocuparnos por lo que les suceda. Es decir, un film no especialmente memorable pero que no nos deja con la sensación de no haber visto nada, e incluso promete que, en caso de haber una tercera película (la cuestión es un tanto peliaguda dado que no fue un gran éxito en los EE.UU.), puede ser mejor. Una golosina para los ojos, no más.