Perdida: Nunca dejes de buscar.
“Nunca dejes de buscar” es el subtexto que atraviesa la trama de “Perdida (2018)”, el thriller dirigido por Alejandro Montiel basado en la novela “Cornelia (2016)”, escrita por la periodista Florencia Etcheves; especialista del género policial.
Primer punto a favor de Montiel que rompe elípticamente con su mirada antecesora de historias de vida ingenuas que dio génesis a “El hilo rojo (2016)“ y aborda, cómo la leyenda japonesa explica, que el destino une a dos almas gemelas. Al unísono, destierra la visión tragicómica adolescente que planteó en “Abzurdah (2015)” protagonizada por Eugenia “La China” Suárez basada en un relato autobiográfico de la autora Cielo Latini donde una joven padece anorexia y tiene una dependencia sexual con un hombre diez años mayor. En esta ocasión, “Perdida” también presenta un tema de agenda pública, impactante y cotidiano que merece estar latente: la trata de personas y la violencia de género. Sin embargo, a sus 47 años, el director argentino logra darle un correcto tratamiento al desarrollo del tópico y no se queda solo en la performance de su protagonista: Luisana Lopilato.
En este sentido, el guión a cargo de Montiel, Jorge Maestro y Mili Roque Pitt mantiene estilísticamente la impronta, ritmo y eje de la trama de Cornelia: Hay una investigación en curso a raíz de una adolescente Cornelia Villalba (Amaia Salamanca) de 14 años, que desapareció en el sur. Según el informe policial, una noche se la comió un puma durante un viaje de estudio con amigas. Según su madre (María Onetto) y la inspectora del caso Manuela “Pipa” Pelari (Lopilato) hay datos incongruentes por rever. Sobre todo, el por qué la dan por muerta si nunca se halló el cuerpo y no como desaparecida. De este modo, la acción pivotea constantemente sobre el presente de la búsqueda de Cornelia con el pasado de los hechos mediante flashbacks. Entretanto, avanzan los minutos y la trama se tiñe de suspenso. El espectador, a cuentagotas, obtiene datos cruciales para descifrar el enigma: frases de la madre suplicándole a Pipa que la ayude porque eran mejores amigas, fue parte de su vida y encontrarla es su trabajo. Un aviso publicado en el diario a catorce años de su desaparición que dice “la mitad de la vida es tu amor”. Y la mafia que opera con la trata de mujeres. Este espíritu tiene el propósito de inquietar al espectador y brindarle un viaje introspectivo hacia lo más profundo del ser, invitándolo a reflexionar y repudiar -cual efecto terapéutico- este acto criminal, transmitiendo la angustia e impotencia buscada por Montiel y Etcheves.
Hasta aquí, por momentos el hilo conductor y premisa del relato recuerda el tinte del director estadounidense Clint Eastwood en “Río Mistico (Mystic River, 2003)”. A nivel técnico, cámara en mano, fx, drones, planos y contraplanos se recorre el críptico contexto sureño en Los Andes y la ciudad de Buenos Aires en la piel de Pipa -que desde aquella noche no deja de preguntarse qué pasó con su mejor amiga-. Las locaciones son acertadas. El vestuario, el montaje y la utilería también. El espectador conecta con los climas bien logrados en la piel de Pipa, sin mayores pretensiones que palpitar su odio y resentimiento a medida que investiga con fervor los archivos de la Policía Federal Argentina y sigue de cerca la mafia circundante que opera detrás del delito de la trata de mujeres.
Párrafo aparte para la acertada performance de Luisana Lopilato en el rol de “una mujer de armas llevar”, como definió su personaje en la conferencia de prensa que brindó pre-estreno del film en el hotel Intercontinental. Aquella teenager que surgió en la tira televisiva “Rebelde Way”, supo brillar en “Casados con hijos” y luego desapegarse de ése emblemático personaje en su protagónico de “Los que Aman odian (2017)”, del director Alejandro Maci, ratifica su compromiso artístico y personal: “me gustó la idea de una mujer policía que se compromete con la causa, su trabajo, que de manera perseverante lucha y justifica el ‘nunca dejes de buscar’, que se mete en esta profesión pensando que en algún momento iba a encontrar a su amiga, y al mismo tiempo se mete en la trata de personas. Me gustó que el personaje esté preparado para la acción y sepa de defensa personal”, asegura que entrenó con la Policía Federal y estudió el manejo de armas. Al elenco lo completan la española Amaia Salamanca, recordada por su participación en series como “Velvet”; el peruano Nicolás Furtado protagonista de la serie “El Marginal”; junto a Julián Serrano, María Onetto, Rafael Spregelburd y el debut actoral de Oriana Sabatini.
“Perdida” logra con éxito posicionarse como una adaptación digna de ver, con un mensaje intrínseco que traspasa la pantalla: involucrarse en los casos de violencia de género y trata de mujeres. Entrelineas, la propuesta de Alejandro Montiel al igual que Florencia Etcheves, es tomarlos como algo personal y no confiar en nadie hasta resolverlos.