Desde hace algunos años, la periodista de policiales Florencia Etcheves se dedica a escribir novelas del mismo género. Comenzó con “La Virgen en tus Ojos” (2012), siguió con “La Hija del Campeón” (2014), y “Cornelia” (2016) fue su tercer libro, antes de “Errante” (2018), el cual publicó hace unas semanas.
Antes de hacer una comparación entre “Cornelia” y su adaptación cinematográfica que llegó este abril bajo el nombre de “Perdida”, hay que tener en cuenta que si bien estamos ante una historia individual y autoconclusiva, la misma pertenece a un universo compartido de todas las novelas de la autora. Manuela Pelari, la protagonista, es una policía que acompaña y ayuda a Francisco Juánez, el detective encargado de investigar cada caso propuesto. Es decir, que lo ideal es leer los libros en orden para poder entender los guiños que aparecen en esta trama.
Particularmente, “Cornelia” se centra en un viaje de estudios que realizan cinco adolescentes junto a su profesora a El Paraje, un pueblo en el sur, que se vio perjudicado por la explosión de un volcán y cuyos habitantes tuvieron que rebuscarselas para sobrevivir. Una noche, las jóvenes se escapan para ir a bailar con el hijo de la dueña del hotel, pero solamente cuatro vuelven y no se sabrá más nada de Cornelia. Años después, se realiza una misa en nombre de la desaparecida y frente a la sospecha de una nueva línea de investigación, Manuela Pelari, ex compañera de Cornelia, decide reabrir el caso e indagar por su cuenta.
Luego de leer el libro y de ver la película, nos encontramos con que “Cornelia” y “Perdida” tienen varias diferencias, algunas de ellas sustanciales. En primer lugar, podemos decir que la cinta busca contar los hechos de una manera más simplificada, sin dejar de lado los giros del final, pero tal vez el film peca de no entregar toda la información al espectador que sí tenemos profundamente desarrollada en la novela. Claramente es difícil adaptar un libro en menos de dos horas de largometraje, sobre todo si tenemos en cuenta este hecho de que es el tercero de un universo bien amalgamado. Es así como personajes esenciales como Francisco Juánez no tienen lugar en esta historia. Probablemente esta sea una de las grandes pérdidas que tiene la cinta, ya que a partir del segundo acto este personaje toma un rol protagónico y hace que los hechos avancen, de modo que en la película deben hacerlos otros papeles secundarios o la misma protagonista tiene que justificar nuevas motivaciones para hacer que se realicen las acciones.
Por otro lado, esta simplificación de la trama hace que se omita uno de los giros más importantes del libro, que también genera que el argumento vire hacia otro camino, que la cinta no toma en un primer lugar, y no consigue tener esa fuerza que caracteriza a la novela. Y cuando lo hace, no le dan el mismo lugar ni tiempo en pantalla.
En cuanto a los personajes secundarios, existen algunos muy interesantes como Alina o la Fantasma, que están mejor desarrollados y/o profundizados en la novela. Si nos quedamos solo con la adaptación, tal vez no entendamos bien la relación que tienen con otros protagonistas o su importancia dentro de la investigación. Ambos tienen un rol fundamental, que no están tan aprovechados en la película.
Con respecto a los giros finales, en ambos casos tenemos resoluciones sorprendentes (tal vez en el film sea un poco más previsible por la carencia de tantos personajes fuertes) que impactan al espectador con un rebuscado desenlace. En el largometraje también tenemos la sensación de algunas incoherencias o inverosimilitudes, como el tratamiento sobre la corrupción dentro de la policía, que no fue abordado anteriormente y de la nada aparece dicha trama, o la identidad de un personaje que no termina de cerrar. Nuevamente mucho tiene que ver con el hecho de quitar las cuestiones más elaboradas de la trama o ciertos personajes que servían como hilo conductor o elemento clave para cerrar esos cabos sueltos.
¿Esto hace que “Perdida” sea una mala película?
Seguramente para quienes no hayan leído el libro previamente, muchas de estas cuestiones no se noten, sino que quede esa simple sensación de cabos sueltos, falta de veracidad en ciertos pasajes, falta de información o profundización en algunos personajes. De todas maneras, la cinta logra generar ese clima tensionante propicio para que se desarrolle una temática compleja como la trata de blancas, a partir de una gran fotografía (sobre todo los momentos en el sur) y una buena banda sonora.
En cuanto al elenco, Luisana Lopilato interpreta a Pelari, demostrando una nueva faceta dramática en ella que no habíamos visto previamente. Si bien existen algunos instantes poco convincentes, en general, realiza un buen trabajo. Lo mismo ocurre con el resto del elenco, con un óptimo trabajo de Amaia Salamanca (el hecho de que su personaje sea española hace un poco de ruido), Nicolás Furtado, Rafael Spregelburd, Oriana Sabatini. También ocurre que algunos actores o actrices tuvieron que lidiar con estos personajes más desdibujados que en el libro tenían mayores fortalezas.
Es difícil que una película pueda igualar o superar a su obra original. En este caso, “Perdida” hace una buena labor para presentar una historia atrapante, fuerte, que impacta al espectador a través de su temática y clima propuesto. Sin embargo, en comparación con la novela, falla a la hora de simplificar la trama y de omitir ciertos giros y personajes importantes (y de sacarle mérito a otros), que le podrían haber otorgado una mayor riqueza al argumento.