Bucear en el alicaído American Way of Life para construir una obra cínica, despiadada y feroz de un país que vive de apariencias es lo que logra David Fincher en "Perdida" (USA, 2014).
Una vez más su habilidad para deconstruir y denunciar un estado de las cosas inmóvil e intocable funciona durante los 150 minutos de una película, que aun mutando en su forma a lo largo del metraje no decae en interés.
Un hombre, Nick Dunne (Ben Affleck), ve como su suerte cambia de un momento a otro cuando su mujer, Amy (Rosamund Pike), desaparece sin dejar rastro el día de su quinto aniversario de casados.
Cuando la detective Rhonda (Kim Dickens) y su asistente (Patrick Fugit) comienzan el proceso de investigación se encontraran con un sinfín de indicios que apuntaran directamente a sospechar sobre Nick y su entorno.
La búsqueda de Amy (Pike) se volverá una cuestión de estado, más aun cuando en el pequeño pueblo de Missouri no hay mucho más por hacer más que criticar al vecino y elucubrar las más ridículas hipótesis y teorías sobre el resto de los habitantes.
Si en sus obras anteriores Fincher había logrado establecer (excepto en la fallida adaptación de "La chica del Dragón tatuado") una clara línea autoral, es en su acercamiento a la TV con "House of Cards" en donde todo se potencia y "Perdida" bien podría funcionar como un spin off de ésta y continuar algunos de los lineamientos planteados, básicamente los que tienen que ver con el matrimonio.
La denuncia sobre la corrupción del sistema judicial, el desenmascaramiento de la mentira detrás del ideal familiar, la hipocresía de los medios de comunicación, y el cinismo como forma de vida, son solo algunos de los tópicos que se exploran en el filme.
A través de planos detalles, paneos, planos secuencias y una sugerente y envolvente banda sonora, Fincher logra generar una película que por momentos de drama de búsqueda desesperada se transforma en thriller psicológico, película de procedimiento policial, drama a la "Belleza Americana" con vestigios de conspiración circundante y reflexión sobre la realidad social.
A todo esto hay que destacar que por medio de la narración en off y flashbacks como recurso discursivo principal harán que Amy (Pike), la "perdida" del título, posea una presencia más contundente que la del propio Nick (Affleck), que, aun estando todo el tiempo en pantalla, no logra establecer su protagonismo en el filme.
"Perdida" adapta el best seller de Gillian Flynn en una película cruda, que no da tregua, y que pese a poseer una duración extendida no resiente su visionado, básicamente por la habilidad de Fincher de poder ir cambiando el tono y la temática, como así también la focalización sobre la victimización de sus protagonistas en un eterno loop de conspiración y duda. “Perdida” es una de las películas del año.