Noche de verano, noche de luna llena… y noche de eclipse. Para disfrutar del espectáculo, cuatro parejas se reúnen en torno a una mesa para cenar, beber… y olvidar sus pequeños problemas por un rato. Una noche mágica, de amistad y risas… o eso es lo que todos esperan, hasta que de pronto surge la idea. ¿Por qué no hacer algo distinto, jugar a un juego? ¿Qué pasaría si se dejasen los móviles encima de la mesa, al alcance de todos? Llamadas, SMS, Whatsapps, notificaciones de Instagram o Facebook, vidas enteras compartidas al instante por todo el mundo. ¿Un juego inocente o una propuesta peligrosa? ¿Podrá soportar el grupo de amigos semejante grado de sinceridad, aunque sólo sea por un tiempo?