La comedia italiana dirigida por Paolo Genovese pone en el centro de la escena la importancia que los seres humanos le dan a la tecnología, especialmente al uso del celular. Perfectos desconocidos (Perfetti sconosciuti, 2016) es efectiva y mantiene la expectativa del público de principio a fin.
Siete amigos, tres parejas y un soltero, se juntan a cenar. La noche parece que va a ser igual a muchas otras, pero cambia completamente cuando uno de ellos plantea un juego: dejar todos los smartphone sobre la mesa para leer los mensajes que les lleguen y escuchar las llamadas en alta voz. Lo que se inicia como un desafío se transforma en una escena tensa que deja al descubierto varios secretos.
¿Qué lugar ocupa el celular en la vida de las personas? ¿Qué espacio de ella se esconde en dicho preciado y pequeño objeto? El film parte de ese interrogante y desarrolla distintos subtemas que están relacionados al cambio que sufrió la sociedad tras la aparición de la tecnología. Y lo hace de una forma directa, valiéndose tanto de la realidad como de la parodia.
Al igual que El nombre (Le Prénom, 2012) y Nuestras mujeres (Nos femmes, 2015), la película de Genovese tiene su fuerte en el argumento y no en el despliegue cinematográfico. Excelentes actuaciones le dan vida a un guió sólido y actual que dejará pensando al espectador.
Perfectos desconocidos se asemeja a una radiografía de la sociedad en la que se indagan los vínculos y valores. Una comedia entretenida a la que es mejor ver con el celular apagado.